BAHIA AGUIRRE

ESTANCIA

Además del inconveniente de que colonos argentinos no llegaban existía el problema del traslado de la madera. Esto hizo poco rentable al aserradero y poco interesante continuar con él como medio de sustento para la Colonia.

Así se comenzó con la explotación ganadera. Además de las ovejas que le vendió Ostoich, trajeron bueyes (según Pedro Ostoich: muy viejos) y vacas. Estas fueron largadas a campo abierto teniendo la costa como límite, las vueltas del río del lado oeste y las montañas del lado norte y oeste.

Montaron galpones, casas ya fuera del bosque pero se había desvirtuado mucho la primer idea de criadero de animales para pieles a ser trabajadas en su curtiembre de Buenos Aires. Esta seguía en funcionamiento y fue de las más importantes de Argentina.

Ya los Seeffeld dejaban la zona paulatinamente (para 1952/55) Quedaron encargados y trataron de vender las mejoras. De la misma forma que los Ostoich les vendieron las suyas pero las tierras eran fiscales.

Luego pasaron varias familias por el lugar para explotarlo como campo abierto con ganado bagual y hacer arreos a Policarpo. Los Mernier fueron unos 20 años los dueños Vivían realmente en una forma primitiva. Totalmente aislados si no fuera por los buques. Años 1980 y 90. Los visitaban los avisos de la Armada y veleros.  La idea era pedir luego la propiedad de las tierras. Las mejoras eran una casa y 2 galpones y una casa para peones.

Hacia fines del 90 lo compra gente de Rio Grande. Varias veces llevamos peones con sus perros desde Ushuaia y alimentos varios.

En 2003 uno de ellos muere por el escabeche de mejillones. Tenían marea roja, nosotros le preguntamos y nos contó que le dio a uno de los gatos y no le pasó nada, así que suponía estaban buenos. Pero no fue de esa forma. Recuerdo que le insistíamos que nos convide con Horacio garcía y Miguel Scippione pero bueno nos dijo que primero había que llenar el frasco. Lo pueden ver en una de las últimas fotos.

Estuve varias veces en el lugar y en esas oportunidades (años 90 y antes) me preguntaba que sería vivir allí mirando el mar, esa dura naturaleza que se hace sentir; increíblemente me lo explicaron los mismos que vivieron allí: Fanny (en el 2014) y Pedro Ostoich cuando fue a poner una placa en memoria de su esposa, tenía cerca de 84 años (hacia 1995). Vale la pena no dejarla en el olvido dado que fue la primer mujer argentina en vivir allí: Duisa María Ostoich, hija de un pariente que había venido con el resto de la familia pero radicado en Chacabuco, Pcia de Bs.As. Increíblemente la segunda fue Cristina Seefeld, mi compañera de escuela.

Las fotos más recientes son del 2010 y luego hay desde el 1950.