LA ROCHELLE – EL FARO

Y SU ESTAFADOR (2004)

Hermoso puerto y ciudad. Está en Nueva Aquitania, en la costa Atlántica cerca de Rochefort. Tiene calles medievales un puerto muy protegido con murallas y torreones el cual podía ser cerrado el acceso con cadenas. La diferencia de mareas es importante y para nosotros nos inquietaba ver la imitación de mala calidad del faro de San Juan del Salvamento. El realizador de este proyecto Andre Bronner no tuvo ningún tipo de escrúpulos e hizo algo semejante. Solo se basó en una foto de 1898 del Barón de Gerlache en la expedición del Bélgica que pasó por el lugar y obtuvo la única fotografía de ese faro en funcionamiento.

Lo hizo a la mitad del tamaño tal cual el que emplazaron en Isla de los Estados en San Juan de Salvamento. Este aventurero explorador estaba encandilado por Julio Verne y el Faro del Fin del Mundo; una hermosa novela de un gran escritor y navegante.

Pero sucedió que mientras instalaban el faro en Isla de los Estados destruyeron todos los restos arqueológicos y se llevaron sin permiso los mismos a Francia, en realidad a La Rochelle. Para qué?? Esos elementos estarían muy bien en Ushuaia  donde podrían ser expuestos. Este Director de la banda respaldado por una Asociacion que juntó la plata (y fueron estafados) para realizar los faros e inaugurarlos en el cambio de milenio: 1 de enero del 2000. La Presidenta de la Asociación vio el faro que reconstruimos con los verdaderos restos en el Museo Marítimo de Ushuaia y nos preguntó porque era tan diferente. Sencillo el mentiroso de Andre nunca realizó un estudio minucioso del mismo. Es así como estafó a sus propios conciudadanos y en Argentina a los que lo apoyaron por órdenes superiores y colaboraron para la el transporte (buques de la Armada) y estuvieron en la inauguración sin saber nada del tema. Por supuesto fuimos a la Universidad y allí nos dijeron que estaban de vacaciones y nos tuvieron dando vueltas por diferentes lugares para cansarnos al mejor estilo francés.

Historia

Se menciona por primera vez a La Rochelle en el siglo xi. Era entonces un pequeño pueblo de pescadores llamado Rochella (un diminutivo de Roche, roca), porque estaba construido sobre una plataforma rocosa. Empieza a desarrollarse y obtiene a finales del siglo xi su estatuto de ciudad libre (por la carta «charte de commune»), deshaciéndose así de la tutela feudal. Por su excelente localización geográfica (cerca de la isla de Ré), crece el comercio y la prosperidad del puerto. Sus socios comerciales predilectos son Gran Bretaña y el norte de Europa. Durante la guerra de los Cien Años la ciudad permaneció en manos inglesas hasta que en 1372 la armada de Castilla (aliada de Francia) derrota contundentemente en sus aguas a la inglesa en la llamada batalla de La Rochelle, facilitando así la posterior conquista franco-española de la plaza.

El cosmopolitismo, el relativo alejamiento de París y las influencias nórdicas hacen que las ideas laicas y luego reformistas se impongan con facilidad. La Rochelle se vuelve de hecho la capital gala del protestantismo. En ella se firman en 1571 las Confesiones de Fe de las Iglesias Reformadas de Francia. Los grandes jefes protestantes, como La Rochefoucauld y Enrique de Navarra, futuro Enrique IV de Francia, se instalan allá, seguidos de los hugonotes (protestantes expulsados de Francia) que obtienen privilegios económicos y desarrollan el comercio con África, Sudamérica y Terra Nova, en Canadá.

La ciudad se aprovecha de los conflictos entre Inglaterra y Francia para distanciarse de París. El rey Carlos IX de Francia, celoso del poderío del puerto, decide retomar el mando enviando un gobernador para dirigir La Rochelle en el interés del reino (y captar algo de su riqueza). Los nobles de la ciudad rehúsan, lo que provoca el asedio del puerto por las tropas reales en 1572. Con la ayuda por mar de los ingleses, la ciudad resiste y obtiene una paz negociada. A principios del siglo xvii, los protestantes representaban el 90 % de la población. La prosperidad está asegurada por el comercio tradicional del vino y la sal, la pesca del bacalao y el nuevo comercio de las pieles provenientes de Canadá.

Sin embargo, la monarquía gala se convierte al absolutismo con el cardenal Richelieu y Luis XIII, y no tolera ya la autogestión de una ciudad del reino, rica, protestante y de dudosa fidelidad para con la corona. En 1628 las tropas reales asedian la ciudad por tierra y mar para no repetir el error de medio siglo antes. Los ingleses no logran compensar la inferioridad de los asediados y la ciudad es vencida. Pierde todos sus privilegios menos la libertad de culto (por poco tiempo) y muere uno de cada cinco habitantes. El comercio se derrumba, el cambio de política religiosa lleva a las conversiones forzosas al catolicismo, religión de Estado, y familias enteras huyen a New Rochelle en América.

En el transcurso del siglo xviii culmina el comercio triangular entre África, América y Europa (esclavos de Cabo Verde y Guinea son llevados a las plantaciones de Santo Domingo, de donde se trae el azúcar, el café y el colorante índigo). La Rochelle es en aquella época el segundo puerto negrero de Francia tras Nantes. Esta prosperidad no resiste a las revueltas negreras de Santo Domingo, que conducen a la prohibición de la trata de negros. Al final del siglo xix se construye un puerto con capacidad para acoger grandes bous y la economía se recupera. Durante la Segunda Guerra Mundial fue ocupada hasta el 8 de mayo de 1945, la marina alemana, utilizando mano de obra esclava, creó una de las mayores bases de submarinos del Atlántico, la cual aún existe y que está bajo la supervisión de la Marina francesa.