MAQUETA FARO SAN JUAN

DE SALVAMENTO

Podemos ver en las fotos la Maqueta del Faro (similar al original) donado por Francia. En si un grupo de gente de La Rochelle liderados por Andre Bronner. En Homenaje a la novela de Julio Verne. Ellos construyeron otro similar para colocar en un islote en La Rocelle. Ambos funcionan automáticamente Se inauguraron simultáneamente en el 2000. (1° de enero).

La maqueta Escala 1/1 del MUSEO MARITIMO, está basada en los verdaderos planos (levantados por el Ing. Miron Gonik) y alberga los restos del faro de 1884. Se encuentra en el Museo Marítimo de Ushuaia (Ushuaia) y es visitado por miles de personas al año.

Faro de San Juan de Salvamento o Faro del Fin del Mundo. De Gazeta Marinera.

En 1884 se construye, en la inhóspita Isla de los Estados, un lugar barrido por el viento y las lluvias, separado de Tierra del Fuego por un estrecho agitado y borrascoso, el Faro de San Juan de Salvamento y una Estación de Salvataje que se convertiría en Subprefectura.

El faro recibió el nombre de «Faro del Fin del Mundo» debido a la novela que escribiera Julio Verne (Le Phare du Boute du Monde. Dc.1905). Era la única luz que tenían los navegantes en el mar austral. Como dice el Licenciado Vairo «La isla era el Cabo Cañaveral de la época. Más allá estaba lo desconocido, la Antártida». Llegaban barcos de varios países, preparaban la salida y partían en expedición.

Fue así como a mediados del año último el contralmirante Horacio Fisher reflotó la idea del faro y convocó a dos especialistas en piezas históricas: el director del Museo Marítimo de Ushuaia, Carlos Pedro Vairo, y su colega del Museo del Fin del Mundo, Oscar Zanola.

En una reunión decisiva, Vairo y Zanola forjaron la idea de salir al rescate del faro, traer sus despojos y levantar una réplica en Ushuaia, para que quedara a la vista de todos.

Es así como en 1995 se firma un convenio entre el Museo Marítimo de Ushuaia, el Museo del Fin del Mundo y la Armada Argentina para realizar el relevamiento Histórico Humano de San Juan de Salvamento. Los trabajos se desarrollan en el cementerio, el muelle, la Subprefectura y el Faro.

No estaba en el espíritu de ninguno de ellos rescatar el faro sólo porque lo hubiera mencionado Verne. A decir verdad, más que méritos literarios, el faro tiene por sí mismo un notable valor histórico.

El faro fue guía de infinitos barcos que, a partir de su emplazamiento, por el alférez Augusto Laserre, vieron facilitado su camino hacia el océano Pacífico. De todos modos, a menudo las embarcaciones zozobraban, víctimas de olas inmensas y de rocas traicioneras. Pero de inmediato salían al rescate los torreros y los marineros de la subprefectura naval, emplazada a pocos metros de distancia.

En febrero del año 1997 los restos del faro finalmente llegaron a Ushuaia, a bordo del rompehielos ARA Almirante Irizar, que volvía de la Antártida y que antes pasó por la Isla de los Estados.

En base a los planos (vista de frente – planta del techo y vista medio frente-corte radial-sistema de iluminación) elaborados por el Ing. Civil Mirón Gonik, y gracias al relevamiento arqueológico, realizado en los restos originales del faro y especialmente en sus cimientos, se construyó varios meses después, una maqueta en escala 1/1. La réplica fue inaugurada en el Museo Marítimo, el 3 de Octubre de 1997.

No era mucho lo que se conocía del faro original. La poca información que se tenía provenía en su mayor parte de un manojo de fotos antiguas y de los detallados relatos de Roberto Payró, que viajó por estas tierras como periodista de La Nación.

En el interior del faro se muestran los trabajos de índole arqueológicos realizados en San Juan de Salvamento e Isla de los Estados y se recrea la vida de los guardafaro, también conocidos como «torreros». Los seis hombres a cargo del funcionamiento del faro pasaban largos meses en la isla, dispuestos a vivir de espaldas al mundo, envueltos en la bruma y en la cruel desolación de la isla.

Ahora, con las cosas que encontramos, estamos seguros de cómo vivían -dice Vairo-. Sabemos qué uniformes usaban, qué bebidas tomaban, qué platos comían y hasta qué publicaciones leían.»

Los torreros ya no fueron necesarios cuando el Faro del Fin del Mundo dejó de brillar, en 1902. Por cierto, su verdadero nombre era San Juan de Salvamento, y fue reemplazado en un islote cercano, Isla Observatorio, por otra luz, más joven, acaso más vigorosa, pero sin duda menos audaz que él, testigo de mil hazañas. (Gaceta Marinera 2002).

El Museo Marítimo editó un libro sobre «La Isla de los Estados y el Faro del Fin del Mundo» donde se puede encontrar en detalle todo lo relativo al tema.

En febrero de 2002 se repara el Faro del Fin del Mundo y se repusieron las cruces del cementerio ver nota Diario La Nación. 18 de febrero del 2002.

Faro en Isla de los Estados (1998). Francia donó una réplica de mitad de tamaño y solo de 8 lados (octogonal) que fue emplazado por un equipo de La Rochelle, liderado por Andre Broner, en el mismo lugar en febrero de 1998. Desde entonces a estado siendo mantenido por la Armada Argentina, la asociación Amigos de la isla de los Estados con Enrique Inda a la cabeza. También gracias al apoyo de los Hermanos May con el Ice Lady Patagonia I y el Museo Marítimo de Ushuaia.

Lunes 18 de febrero de 2002 | Publicado en edición impresa

Crónicas del país: forman la Asociación de Amigos de la Isla de los Estados