Puerto Vancouver del lado Sur de la Isla de los Estados está separado por una estrecha franja de tierra de unos 700 metros de ancho. Por ésta pasaban los botes para la caza de lobos marinos y evitaban circunvalar toda la isla. Es justo sobre el puerto Vancouver donde quedan los restos de una casilla  de madera y zinc que sirvió de refugio a marineros, náufragos y cazadores de lobos. Se trata de la famosa Casilla de Eyroa y se encuentra justo donde los diarios de Piedra Buena y Roberto J. Payró la describieron. Caminado desde Puerto Cook por la «avenida de los botes» bordeando el bosque y cruzando un arroyo de agua dulce se llega a la casilla.  Ahora está un poco invadida por el bosque pero hasta los restos de los colchones de paja brava se pueden encontrar.