RELATOS DE

NAUFRAGOS

El sector Sur-oriental de la Isla Grande de Tierra del Fuego es conocido con el nombre de Península Mitre y en su costa Atlántica sucedieron una gran cantidad de accidentes… ¿Qué le paso a los náufragos?

HABLA UN NAUFRAGO DEL “PURISIMA CONCEPCION” (1765)

Otra vez un naufragio digno de una película, en el que la supervivencia se impone a un letal escenario. Y además, una historia que podemos conocer por el testimonio directo de uno de los náufragos, que conserva el Museo Naval en su Archivo; uno de los que pudieron sobrevivir, juntaron el valor y la pericia para construir un barco y salvar así a casi doscientas personas de una muerte casi segura.

La historia comienza con una expedición arqueológica argentina que acaba de encontrar algunos restos del navío español «Purísima Concepción”, naufragado. El hallazgo ha sido bastante singular: sin necesidad de excavar, se han recogido «fragmentos de madera, metal, restos de cerámica y vidrio» que se encontraban a la vista así como «las balas del cañón del barco», según informó a la prensa la arqueóloga e investigadora Dolores Elkin, del Programa de Arqueología Subacuática que lleva a cabo en Argentina el programa Costa Atlántica. Las muestras serán analizadas en Buenos Aires.

Pero más singular aún fue el naufragio de este navío, fruto de una imprudencia de su capitán, cuando navegaba en condiciones de nula visibilidad. Había partido del Puerto de Cádiz rumbo a El Callao (Perú) vía el Cabo de Hornos con 193 hombres a bordo, capitaneados por José Joaquín Ostolaza, alias Curruchea. Hicieron escala en Montevideo, de donde zarparon el 6 de diciembre de 1764.

Relato de un superviviente del naufragio

En el Museo Naval de Madrid se conserva el relato de José de Ayesta, uno de los marinos que naufragaron y lucharon tan bravamente por la supervivencia. Navegaban el 9 de enero de 1765 cuando al caer la tarde «nos entró una neblina cerrada que no permitió observar aquel día». Tenían nula visibilidad pero sabían que estaban cerca de 55º y a las 7:30 de la tarde midieron la profundidad: 55 brazas (cada una el equivalente a dos brazos extendidos, unos 2 metros). Después, el capitán «dispuso hacer la cena y rezar el rosario en comunidad». Pasadas las 9, Curruchea se retiró ordenando al segundo piloto que se repitiera la medición de profundidad cada hora y al anotar 40 brazas se maniobrara para alejar el barco de la costa.

El relato sigue con lo que hizo el segundo piloto: “Y despreciando estas advertencias solo mudó el rumbo al sur sureste pareciéndole que con eso granjeaba apartamento y se excusaba de las predichas diligencias, sin acordarse de las corrientes que allí son fuertes“. A medianoche acabó su guardia y “se recogió a su camarote a dormir. Entregó el navío a dos muchachos pilotines diciéndoles que así se lo dijesen a su capitán cuando se levantase que debía haberse recibido de la guardia a las 12 horas, pero no se levantó hasta la 1:30″.

“El primer golpe nos levantó a todos”

No sabía el capitán José Joaquín Ostolaza lo caro que le iba a salir haberse dormido, y sobre todo no reaccionar como debía cuando volvió al alcázar el “Purísima Concepción” pasadas la 1:30: “Preguntó a dichos muchachos si se había sondeado y respondieron lo que queda dicho. Mandó se le cargasen las pipas y a la gente se les diese el refresco acostumbrado del aguardiente y estando ejecutándose dio el navío con la proa. El primer golpe nos levantó a todos los que estábamos durmiendo una cuarta de la cama”.

En ese momento, la tripulación y el capitán Curruchea comenzaron a aligerar el peso de la carga y otras maniobras con gran diligencia para tratar de salvar el barco. “El navío macheteaba y trabajaba alejándose 170 fardos y cajones cuyas diligencias y la plena mar que iba y venía. Voyó [(sic) por «boyó», volvió a flotar] el navío a las 3 del día y aclaró, pues solo teníamos cuatro horas de noche en aquella altura”. En efecto, por esas fechas el verano austral daría muy pocas horas nocturnas.

“El agua llegaba a los pañoles del bizcocho”

Desde que el lograron que la marea moviese el navío, comenzaron a tener una idea de la gravedad de su situación, solo aliviada porque no estaban lejos de la costa. “Sacando el navío a ocho brazas de agua con la tierra muy cerca se ocurrió [recurrió] a la bomba y se hallaron que hacía dos brazas de agua, y armadas cuatro bombas trabajamos todos en achicarla hasta las 8 del día. Y viendo que iba a más bajo [bajó] el buzo a pique y halló dos rumbos (…) con lo que se desesperanzaron temiendo el irnos a pique, pues ya el agua llegaba a los pañoles del bizcocho”.

Con los víveres amenazados en la orilla de aquella tierra inhóspita, el capitán decidió cambiar de objetivo. Ya no se podía salvar el “Purísima Concepción, así que “se determinó volver a parar cortando obenques y arboladura, encalló el navío y quedamos perdidos en la Isla del Fuego en la costa de los tres hermanos y cinco leguas a barlovento del estrecho de Maire, según las cartas náuticas”. Es decir que continuaron poniendo a salvo tanto los víveres como los materiales que les permitieran pasar una larga temporada allí, mientras una de sus preocupaciones mayores comenzó a ser la posibilidad de que los indios de la zona fueran hostiles, lo que habría convertido su estancia en una verdadera pesadilla.

Pero no, como se verá enseguida, los Ona o Selknam fueron amistosos con los 193 náufragos, a los que asistieron al principio con algunos víveres y dejaron en paz mientras trataban de construir otro barco para regresar a Buenos Aires. Este pueblo, sin embargo, sería masacrado a finales del XIX cuando los intereses ganaderos y mineros de chilenos y argentinos les llevaron a enfrentarse desnudos y con sus flechas contra los rifles Winchester, en lo que ya se conoce como el genocidio selknam, con el que los españoles, hay que subrayarlo, no tuvimos nada que ver.

La preocupación a bordo de la nave es salvar, por tanto, las armas, los víveres y los materiales que puedan ser de utilidad. “Procurose en medio de tal conflicto asegurar todo el bastimento posible, armas y 26 barriles de pólvora y (…) en tierra con crecidas angustias y trabajos y el agua a los codos y en una costa tan brava, descalzos y desnudos como lo habíamos estado todo el día. Y puestos en tierra con los pies muy heridos con las conchas, nos deparó la Divina Providencia a una legua de distancia un puerto con poco agua a su entrada”. Habían llegado a Caleta Falsa, en el confín del mundo. Ellos la bautizaron como Puerto Consolación. Allí se construirá el primer barco de Tierra de Fuego y también se cantará la primera misa, porque el domingo 20 de enero, 10 días después de encallar, un capellán llamado fray José de Camiruaga, franciscano celebró misa campal, y desde aquel día hubo misa en cada jornada hasta finales de marzo de hace ahora mismo 248 años.

Deciden construir otro barco para salvarse

Ayesta nos narra cómo fue la idea de utilizar las maderas salvadas del navío “Purísima Concepción” como base para construir una goleta y salir de aquellas latitudes. “La caleta, de tres leguas de circunvalación, pero proveida [sic] de bosques y arboledas crecidas, con lo que se proyectó fabricar una goleta cortando maderas desde el día 2 de nuestra desgracia y con los fragmentos de nuestro infeliz navío. En efecto se construyó de 28 codos para salvar las vidas de 193 individuos que éramos”. Aquella decisión de sobrevivir y no pasivamente es digna de recuerdo. En el Mundo encontramos una investigación que también aporta datos muy reveladores

Poco más de 16 metros de barco para poder regresar casi 200 personas en una travesía sumamente azarosa que podía encontrarse, como así ocurrió, con grandes tempestades. Pero dejemos a Ayesta seguir con su relato, tal y como se conserva en el Museo Naval: “La echamos al agua el 20 de marzo con el nombre de San José y las Ánimas. El día de San Francisco de Paula [el 2 de abril] nos hicimos a la vela con solo nuestras camas, aguada, y bastimentos para el número de las personas dichas, que ni aun parados dentro de su bodeguita y como sardinas estrechados cabíamos en ella y navegamos con tiempos crudos y a los 24 días se apiadó la Divina Providencia y arribamos a esta ciudad en Derechura (aunque desfallecidos), sin mayor quebranto en la salud, y con pérdida de cuatro hombres que se ahogaron de calor y sofocados en la bodega con los malos tiempos y cerrada la escotilla por no ahogarnos con los golpes de la mar“.

Con espanto en la memoria, Ayesta rememora una navegación hacia el norte en la que atravesaron una galerna y como la goleta artesanal apenas podía con el embate de las olas, y viendo el serio peligro de que se inundase y fuera a pique después de tanto esfuerzo, resolvieron cerrar la bodega para impedir la entrada del agua, en la que se hacinaban 193 personas en unos pocos metros, y encomendarse a la Providencia a pesar de que no hubiese manera de ventilar adecuadamente la estancia durante días. Llegarían a Buenos Aires 23 días después con cuatro bajas por asfixia entre los pasajeros que apenas podían respirar mientras el barco iba a merced de la tormenta y desfallecidos como ha quedado dicho en el relato.

Memoria del náufrago

Sigue Ayesta: “En fin, hemos llegado ayer, 25 del corriente y me mantengo sin novedad, pero sin fuerzas para seguir por tierra a esa ciudad por el corto tiempo que promete la estación para el tránsito de la cordillera, por lo que difiero mi partida para mejor proporción en dicha isla en que pasamos 28 días debajo de barracas construidas de las muchas maderas que teníamos a la mano y con las velas, paños, bayetas, terciopelos y demás efectos que nos administraba nuestro navío, que se desunió cortándose por la cubierta, que vino en tierra y el fondo se quedó ensalado“. En efecto, lo que han hallado ahora los arqueólogos argentinos de la expedición a tierra de fuego deben ser restos de lo que quedó, en aquella Caleta.

El náufrago sigue rememorando sus desdichas, ahora que se sabe a salvo: “Experimentamos muchas destemplanzas de tiempo, lluvias y granizos amenazándonos las nevadas a nuestra propartida. Pero la costa, muy abundante de marisco y variedad de peces, como merluzas, sardinas, congrio fino y bacalados [sic], que con abundancia varaban en las playas con que se ahorraba el bastimento por la urgencia del regreso que era físicamente imposible por lo pantanoso del terreno y hallándonos por la parte del norte cerca de 200 leguas cercado del estrecho de Magallanes y de los ríos que hacen en aquellas sierras nevadas y a la parte del sur del estrecho de Maire, con muchos indios salvajes en tan dilatada isla, aunque no experimentamos de ellos perjuicio alguno”.

El contacto de los españoles con los Selknam fue pacífico. Asistieron a los náufragos y aceptaron regalos, sobre todo ropas y cuentas, pero no las vestían. Sin embargo no le quitaban ojo a cualquier objeto metálico. Ayesta lo corrobora con estas palabras: “Antes bien, nos trajeron al principio pescado y frutas por varias veces, silvestres, como guindas sin hueso y uvas de zarza que dicen paña, frutilla de que he traído semilla. El terreno es muy fértil en las lomas en una que sembré cuatro varas de frijoles y maíz y quedando este cuando salimos a mayor abundamiento de este convoy. También entré en el bosque muchos conejos…” Por supuesto, en el bosque también, dice Ayesta, se halló madera “para la fábrica de nuestro barco”.

El náufrago relata que “los indios son blancos, aunque todos teñidos con tierra de varios colores y cubiertos con pelos de guanacos, lobos y zorros, que hay en abundancia sin hacer aprecio de tanta ropa bajada que hay en la playa. Y solo de los cuchillos, navajuelas, hojas de espada y demás cosas de hierro y cuantas de vidrio, pues aunque los vestíamos, lo celebraban pero luego que se metían en el bosque, donde tenían sus chozas de pajas, los botaban y venían sin ellos y nos visitaban con frecuencia tomándonos voluntad, pues cuando nos embarcamos lloraban y desde la isla nos hacían señas y llamaban. No encontramos en ellos otra arma que la flecha con su aljaba de piel de lobo, el arco de madera pulidamente labrado y su lengüeta de pedernal con que matan pájaros y con los perros que tiene en abundancia hacen la campaña a los animales. Y el idioma muy semejante aunque tosco al del Perú, inteligible, muchas palabras lo mismo, las acciones codiciosas de cuanto veían de hierro”. Por último, los náufragos también acabaron por enseñarles algo de su propio idioma: “Últimamente, la pronunciación castellana muy perfecta en las palabras que les enseñamos con discurso y distinción natural, que daba gusto tratar con ellos según los pasajes que son largos para escribir por lo que ceso en este asunto”.

Final de la historia

El documento de José de Ayesta informa de que el texto se entregó en Buenos Aires el 28 de abril, tres días después de llegar la goleta con los supervivientes. Y la noticia de sus aventuras, según queda consignado en el manuscrito del Museo Naval, llegó a Lima el 15 de junio de 1765.

Por cierto que el intrépido capitán que desde que el navío “Purísima Concepción” encallara fue un marino resuelto que consiguió grandes logros que salvaron a casi toda la tripulación, después hubo de enfrentarse a una grave sanción. A nadie se le escapa que lo sucedido horas antes del accidente era una grave falta, por haberse dormido José Joaquín Ostolaza, alias Curruchea, y llegado tarde a la guardia, y por haber permitido que dejase de medirse la profundidad cada hora, como había previamente ordenado. La Audiencia de Buenos Aires y más tarde los tribunales de España le condenaron por sus faltas, aunque desde el naufragio, aquél 10 de enero de 1765, su comportamiento fue heroico y logró salvar 190 vidas. Una cosa no quita la otra.

NAUFRAGIO DEL “PURISIMA CONCEPCION” ENERO DE 1765. COSTA ATLANTICA DE PENINSULA MITRE ENTRE CALETA FALSA Y BAHIA POLICARPO

Apéndice 4

Península Mitre

Purísima Concepción

Vale la pena transcribir textualmente lo escrito en oportunidad del naufragio del Purísima Concepción en Península Mitre y de la navegación en la goleta San José de las Animas hasta Buenos Aires. Vamos a encontrar una rica descripción de los indios Haush que tan poco contacto tuvieron con el europeo. También otra interesante sobre el lugar que coincide en un todo con Caleta Falsa, salvo por la latitud que se toma en la boca del canal que da al astillero.

Es muy interesante leer acerca de las causas del naufragio. Aparentemente, se debió a la mala interpretación una orden o, sencillamente, a la impericia al tratar de cumplirla. Por momentos, todo es tan burdo que hasta parece hecho a propósito. No se ha tocado nada de lo transcripto por Don Héctor R. Ratto; creemos que se entiende sin por sí mismo.

La siguiente transcripción forma parte de la «Recopilación efectuada por el teniente de navío Héctor R. Ratto en archivos y bibliotecas españolas para el Servicio Hidrográfico Argentino. Sevilla, diciembre de 1928».

Pieza I.- Resumen de lo acahecido al Navío de registro la «Concepción» que en el viaje al Callao naufragó por los 54º 30′ sobre la costa oriental de Tierra del Fuego. Copia sin firma ni fecha.

Pág. 1

Pieza II.- Fragmento del diario del registro la «Concepción» del mando del capitán Curruchea remitido al Príncipe de San Lorenzo y seguido del relato sobre la construcción de la goleta «Nuestra Real Capitana San Joseph y las Ánimas, alias Buen Suceso»……Pág. 3

Pieza III.- Copia de una orden del Rey fechada en San Ildefonso en 2 de octubre de 1766 en la que noticiado de lo ocurrido a la «Concepción» y las demostraciones amistosas de los indios de la región en que aquella naufragó dispone la formación de una colonia y puerto de arribada para los buques que no puedan montar Cabo de Hornos. Ordena también el Gobernador de Buenos Aires Don Francisco Bucarelli se envíen religiosos para catequización de los indios y disponiendo que tales gastos sean costeados de la Real Hacienda.(N. d. A.: no transcripta)

Pág. 40

La Concepción de Curruchea que iba al Callao se perdió el 10 de enero, en la costa de la tierra del Fuego en los 54º 1/2 de Latitud, todo el aquipaje se salvo porque vararon con buen tiempo: sacaron víveres, herramientas, maderas algunos géneros de telas, y todo lo que necesitaban para mantenerse algún tiempo en aquel paraje. Hicieron su revés en una llanura de abrigo de un bosque, inmediato a un buen puerto de 26 pies de agua, su fondo arena y fango; y cabran en el hasta 100 embarcaciones, la entrada es estrecha y hay en este canal 5 1/2 brazas de agua; empezaron a construir una goleta de 28 codos, su quilla era de un masterero de gavia; para la tablazón cerraron el baupres, palos, vergas y masteleros y de la mitad del casco del navío que la mar echó a tierra, sacaron la clavazón, después de haberle quemado, salieron de este puerto día 3 de abril 193 hombres, y llegaron a Buenos Aires con pérdida de 3 el día 24 del mismo. Parte de esta tripulación tengo en mí bordo y de algunos hombres de razón e inteligencia he procurado adquirir estas noticias en las que todos convienen. Es tierra muy fértil, tiene mucho apio silvestre de un gusto muy delicado: abundancia de una especie de fresas; manzanilla en matas como espinón, y otra frutilla todo de muy buen gusto.

Los naturales son muy humanos y afables, de estatura más que mediana, blancos, rubios y de buena disposición, su traje es de pieles de guanaco y de lobo marino, sus armas son el arco y la flecha, su mantenimiento es pescado y en aquel tiempo había varado una ballena en la playa de la que iban partiendo trozos que metían bajo de tierra de donde los iban sacando para comer a medio asar, traen rosarios al cuello y manillas, o pulseras guías quentas son de piedrecitas y conchas del mar, y querían que la marinería le regalase algunos. Sacan fuego refregando dos palos para encenderle en donde quieren, cuando se embarcó esta marinería fue a hombros de los indios porque voluntariamente quisieron hacer este favor son muchas demostraciones de amistad y cariño, por lo que no hay duda que sería muy fácil domesticarlos, y que si es tan buen temperamento y el país fértil como dice esta gente, convendría mucho tener allí una colonia, y puerto de arribada para las embarcaciones que por alguna desgracia no pudiesen montar el cabo; hay arboledas de diferentes calidades y se encuentran algunas maderas de construcción.

(Incompleto)

Archivo General de Indias- Sevilla- Audiencia de Buenos Aires- Expedientes e Instancias de partes- Años 1771 a 1776- Est. 124- Caj. 1- Leg 16.)

Carpeta/Diario del naufragio del registro de la Concepción en la Tierra del Fuego recibido por el Príncipe San Lorenzo en noviembre de 1766.

Resolución

Debe guardarse para cuando se le pida.

Diario del naufragio del Rex. La Concepción en la Tierra del Fuego, que salió de Montevideo el día 6 de diciembre de 1764 y habiendolos perdidos construído una goleta en aquella isla, regresaron en ella al mismo Montevideo, como se expresa de su navegación, en el que se remitió anteriormente.

MIÉRCOLES 9 DE ENERO DE 1765

A mediodía no pudieron observar los pilotos el sol por estar cerrado el horizonte y según estima, se hallaron en 53º 37′, y por consiguiente distante de la primera tierra 25 leguas, por lo cual el capitán mandó gobernar al SSO procurando descubrirla durante el día, (SONDA DE LA INMEDIACIÓN DE LA TIERRA DEL FUEGO, Y SU VARADA EN LA NOCHE), pero no habiendo podido conseguirlo a las 8 de la tarde, (digo la tarde porque hasta las 9 dadas, no anochecía), se atravesó para sondar y hallaron 58 brazas, y después entregando la guardia al 2º piloto con orden de sondar, de dos en dos horas se fue a dormir: este sin haber verificado la orden dada a las 12 dejando la guardia al contramaestre y al pilotín hizo lo mismo. El capitán en lugar de levantarse a su guardia de las 12 no se recordó hasta la 1 1/2 que le llamó el pilotín, y habiendo salido sobre el Alcázar, preguntó si habían llegado a las 40 brazas, y le respondieron que el segundo piloto según les dejó dicho no habían sondado, en este lugar de sondar inmediatamente, mandó dar de beber a la gente y después hizo preparar la sondalesa y llevar el trinquete a la mura a cuyo tpo se vio una obscuridad que decían semblante de tierra por lo que suspendió el sondar y mandó arribar todo para abrir primero el viento por estribor cargando a un mismo tiempo la mayor,

(VARADA DEL NAVÍO Y SU PÉRDIDA) arriba durante cuya maniobra a las 2 1/2 nos hallamos varados sin que todavía se viese tierra en la isla que llaman del fuego distante de ella como 2 cables y del estrecho de Maire 5 a 6 leguas, en 4 brazas escasas fondo arena cascajillo cuya no esperada desgracia verdaderamente nos dejó a todos consternados y llenos de susto y temor y más viendo al capitán y al 2º piloto confusos, sin conocer la tierra pues tan breve decían que era la isla de los Estados como la del Fuego por causa de la mucha neblina y cerrazón que había en la costa no obstante en medio de tanta confusión se procuró con la mayor prontitud echar la lancha a el agua a fin de tender una espía con un ancla al NE verificando se tomó el chicote por la popa y empezaron a virar por ella e igualmente atender un anclote grande con tres calabrotes a dicho rumbo para con mayor satisfacción lograr el intento. Al mismo tiempo se dio orden para aferrar todas las velas lo que se logró con alguna fatiga por el susto y aflicción en que se hallaba la tripulación en este intermedio de cuando en cuando a la marejada tocaba el navío y a nosotros nos arrancaba el corazón de dolor y habiéndose destinado toda la tripulación al cabrestante y aparejos a las dos espías para sacar a nado el casco por una hora no hizo movimiento favorable por causa de la marea que bajaba por lo que se tuvo por conveniente alijar algunos tres cajones y cuanto se encontraba a mano entre el puente y cubierta tomando razón individual de todo ello por el maestre con cuya dilixa y haber empezado a crecer el agua conseguimos el gusto de ver el navío a nado pero nos duró muy poco pires previniendo como es regular en estos casos poner toda atención a las bombas para satisfacer del agua que hacía pres aunque los golpes que dio el barco en la varada fueron tenuos no obstante reconocieron ser mucha la que hacía y que cada vez iba a más aunque continuamente se daban a las 4 bombas por cuyo motivo luego que se puso en 6 brazas se mandó hacer siaboga cambiando cables y calabrotes a proa y quedarnos así para que al mismo tiempo toda la tripulación junta diesen a las bombas sin cesar lo que se ejecutó con mucha viveza pero sin alivio alguno pues cada vez iba en aumento por lo que se mandó el buzo a reconocer el daño que había el que practicaba la dilixa dijo que estaba aventada o casi del todo desclavada la tabla principal de la apaduadura de la quilla con esta triste noticia, y con la de tener braza y media de agua en la bodega y con dos accidentes tan sin remedio era imposible seguir destino determinaron obligados de la necesidad picar los cables y marear a embicar en tierra a fin de que el navío no se fuera a pique en mucho agua para de este modo procurara asegurar nuestras vidas como también el bastimento con ánimo por entonces de morir en tra sin que jamás hubiese noticias de nosotros. (N.d.A.: de la lectura es muy claro el naufragio. Varan en 4 brazas de agua [la braza es de 1,82 mts. pero en esa epoca había brazas de distinto tamaño y podía oscilar entre 1,50 mts según la región de donde sea el que la emplea, en este caso creemos que es de aprox. 1,80], marea bajante, con un bote ponen dos anclas para cobrar las espías cuando suba la marea. Por suerte al ser un día calmo ni la marejada ni la rompiente son fuertes. Sube la marea, el buque flota en 6 brazas de agua pero se hunde inexorablemente por mas que todos esten en las bombas. Se da la oden de embicarlo para poder tener materiales a disposición y construir otra embarcación).

(Abandono de la nave y dificultad para abordar la costa):

Luego inmediatamente se mandaron sacar a la cámara alta agua, barriles de pólvora y de todo el pan que se pudiese pero de este último se perdió mucha parte por haber ya llegado el agua a los pañoles después que inbicaron en el menor paraje que prometía una playa toda perdida cortaron los palos por conservar el casco entero y sacar de él todos los víveres que se pudiesen y después se procuró hacer una jangada con los masteleros, vergas masteleros de respecto y botalones a fin de que sirviera para transbordar la gente a tierra. Al mismo tiempo se cargó la lancha y serení de todo el bizcocho que se pudo con parte de la tripulación, pólvora y armas recelosos de que hubiere indios en la isla pero la lancha volvió a bordo no pudiendo abordar entrar por ser la costa muy brava sin mucho riesgo de su pérdida que nos hubiera totalmente inhabillitado y reducido a acabar nuestros días entre bárbaros en un miserable estado. (N.d.A.: debieron desembarcar mojándose, sea en la improvisada balsa de palos, masteleros y vergas como en el bote dado que la rompiente y la corriente era fuerte. Por otra parte es la forma habitual que en la actualidad se desembarca en todo dicho litoral.) A la tarde del mismo día habiendo abonanzado el tiempo alguna cosa fue la lancha en tra descargó en la playa el pan que llevaba y volvió juntamente con el serení a cargar de bastimento y con el fin de que no quedase ninguno en el navío por estar la noche próxima recelosos de algún temporal que pudiese deshacer el casco y peligrar la gente en esta atención se cargó prontamente la lancha y el serení de oficiales de planam.r, pasajeros y tripulación y saltaron en tierra echándose al agua por no poderse acercar a ella y la lancha descargó con la ayuda de la gente metiéndose en el agua hasta la cintura y después determinaron volver hacer barcada sólo con la lancha la que navegando para abordo encontró la hangada que tenía para tierra con más de 50 hombres clamando a Dios misedicordia porque sin poderlo remediar iban a dar con la fuerza de la corriente sobre una punta muy peligrosa de peñas en donde arriesgaban sus vidas, por la mucha mar y reventazón que había en ella por lo que tuvo a bien de darle remolque hasta ponerla casi en tierra y volverse a bordo. Sin embargo que iba cerrando la noche con todo procuró cargarla con bizcocho y el resto de la gente pero habiéndose largado para la playa por más dillixas que practicó no pudo cogerla por haberse aumentado mucho la resaca por lo que dejando sólo 4 hombres que tuvieron ánimo de echarse al agua se volvió a bordo hasta el día siguiente cuya noche pasaron en el navío con mucha zozobra temerosos de que no se abriese enteramente el casco por el motivo de la mucha mar y golpes que continuo pegaba en el fondo asimismo todos los que tuvieron facilidad de coger la tierra pasaron la noche sobre una loma escapada, mojados y llenos de miseria sin poder sosegar así por el mucho frío como temerosos de que de repente no fuesen asaltados de los indios por haber descubierto pisadas y beredas de ellos. (N.d.A.: tenían temor que el buque se rompiera en pedazos por la marejada y los constantes golpes contra el fondo, situación que se repite en muchos de los naufragios de la zona.)

El día siguiente hallándose con 193 personas perdidas sin recurso en este desierto, necesitando un paraje más cómodo no sólo para establecernos donde se pudiese hacer viajes al navío a sacar lo necesario para nuestra subsistencia sino también donde pudiésemos fabricar alguna embarcación (N.d.A.: preocupación por encontrar un lugar donde armar el astillero y que sea cercano a la nave que perdieron para sacar materiales. Recordemos que por mas que existan bosques son necesarios los clavos y clavijas para clavar las tablas y costillas.) que con la ayuda de la lancha nos pudiese transportar a lo menos al estrecho de Magallanes pues nuestra lancha sola por más que se alargase no era capaz de contener la mitad del navío que componíamos ni aún sin víveres en cuya atención habiendo saltado en tierra el capitán como le dijeron que el maestre al amanecer había tirado por el no a descubrir algún paraje más cómodo deseando hallar por una u otra parte con 4 hombres se encaminó para el C el 1º aunque anduvo como 2 leguas por la marina no halló cosa aparente si sólo pisadas y beredas de indios y de trecho en trecho una choza abandonada con señales de haber hecho candela dentro y comido algunos mariscos por hallarse allí derramadas porción de conchuelas de lapas y aunque estos fragmentos les ocosionaban mucho recelo con todo con el deseo de hallar puerto subieron hasta subir a un cerro muy alto situado en la orilla del mar por ver si de el descubrían algún paraje cómodo y en efecto a distancia al parecer de 2 a 3 leguas al mismo rumbo (N.d.A.: puede tratarse del Río Policarpo que con plea parece una bahía. El río es muy caudaloso, la legua marina es de 3 millas marinas) divisaron un brazo de mar a modo de río caudaloso que por la falda de una montaña elevada y seguida entraba tierra adentro hasta perderse de vista que según la figura parecía al efecto que solicitaban con lo que volvieron a su primer cuartel; y aunque después se procuró ir a descubrirla como era preciso valerse de la lancha esta siempre estaba ocupada no se pudo verificar.

(DESCUBRIMIENTO DEL PUERTO, H. Ratto): El capitán virando para el referido rumbo E a distancia de una legua de donde habían salido descubrieron un puerto en que la mar estaba muy bella, como que les parecía una bahía muy hermosa con una entrada muy angosta y abrigada por todas partes en cuyo fondo vieron humo que salía del bosque y no dudando de que allí hubiese indios tuvo a bien no exponerse a su encuentro con solo cuatro hombres y sin armas por lo que volviendo sobre sus pasos a donde habían salido y dio la orden a bordo para que la lancha y bote saliesen cargados de pan y velas, montaron la punta y continuasen para el C hasta descubrir el puerto que les anunciaban donde desvian/entrar y dándole para que llegasen al mismo tiempo lugar o algo antes salió con 20 hombres armados y caminando para dicho puerto si antes habían mirado por el alto ahora era preciso atravesar el bosque (que es muy espeso), cuyo tránsito aunque les costó mucho trabajo con todo no dejó de causarle bastante consuelo reparando que se podrían sacar las primeras piezas prales., de construcción (N.d.A.: Curvones y costillas, el bosque existe antes de ingresar a Caleta Falsa desde el norte caminando hacia el sud este, aunque en la actualidad, 1996, no presenta muchos arboles grandes) para la fábrica de la embarcación capaz de contener a todos luego que pasaron dicho bosque empezaron a oír a lo lejos una fuerte vocería que no parecía sino que había millares de indios y que se estaban citando según repondían unas voces a otras por lo que aceleraron más la marcha, para descubrir cuanto antes las embarcaciones que ya no podían estar lejos y juntarse con ellas (N.d.A.: Encuentro con el pueblo Haush) antes que los indios les pudiesen alcanzar como en efecto habiéndolas descubierto que venían entrando se pararon a cuyo tiempo vinieronse acercándose los indios y observaron que su número no excedía 26 a 30 entre hombres y mujeres, y que se venían con mucha algazara haciendo varios ademanes pero recelos en pasar cierta distancia de los nuestros habiendo antes guardado sus arcos y flechas en su zarzal por lo que también hizo el capitán dejar las armas a su gente y de esta se juntaron unos y otros con muchas demostraciones de amistad haciendo los indios diferentes admiraciones (N.d.A.: Estudiandose mutuamente) a su modo de ver hombres blancos siendo su curiosidad insasible tentando a unos la ropa a otros las barbas y a otros queriendo registrar interiormente a cuyo tiempo se acercaron la lancha y bote poniendo la proa a donde estaba la gente con los indios los que en vista de las dos embarcaciones y los indios que saltaban en tierra daban muchas voces con demostraciones de humillarse a ellos y los nuestros abrazarlos y acariciarlos como amigos para tenerlos contentos aunque siempre con alguna precaución no fuese cautela de ellos saliendo mayor porción de los bosques vecinos, no obstante que se reconocía en ellos ser gente de poca malicia y sus armas nada ofensivas.

(BARRACAS) Descargadas las embarcaciones volvieron a bordo a conducir todo género de vastimentos y belamen a fin de formar algunas barracas así para abrigo nuestro como para el bastim., lo que hau.se verificado tarde y por lo mismo no poder hacer otro viaje tuvieron a bien de no dejar ninguna gente a bordo por lo que pudiera suceder y venirse todos a tierra hasta el día siguiente. (CLIMA) Estos días experimentaron mucho frío y continuas lluvias también tuvimos varias desazones con la tripulación por los latrocinios que cometieron abriendo a discrecin baúles, papeleras, cajas y cuanto encontraban a mano sin reservar los vastimentos los cual nos era muy sensible por el daño que seguía a todo el común.

SÁBADO 12

Luego que principio a rayar el día se despachó la lancha a bordo hasta hacer bastimentos y al mismo tiempo se dio orden a toda la gente que quedaba en tierra fuesen a conducir todos los víveres que se habían descargado en el primer cuartel (N.d.A.: lugar del naufragio al puerto hay 1 legua hacia el este, es decir sud este) al puerto de Consolación el que se eligió para nuestra habitación y fábrica del vagel que se estaba deseando: se (ASTILLERO, BARRACAS, HURTOS, INDISCIPLINA) mandaron hacer dos barracas, una para guardar los bastimentos, y otra para los oficiales y pasajeros en donde se colocaron las armas que se pudieron recoger para tenerlas a mano por si acontecía alguna invasión de los indios, o levantamiento de los nuestros, pues de unos y otros era preciso vivir con cautela, advierto que algunos camaradas (varios mozos como ellos), se apropiaron para sus barracas todos los sables pistolas y algunos fusiles con segunda intención pero después que se dio providencia de hacer el barco se sosegaron unos y otros.

(COMIDA y ORDEN) También se arreglaron los ranchos de a 12 hombres cada uno con su cabo para la distribución del trabajo y la comida, esta se determinó de común acuerdo fuese de 24 a 24 horas condimentado en un caldero para todos del cuál se habían de suministrar desde el capitán hasta el más mínimo page arreglado según los individuos, tanto para uno como para otro, debiendo ser un día un plato de frijoles y otro de maíz, y la ración de pan, una galleta al día.

Igualmente se dispuso dar a la tripulación un trago de aguardiente por las mañanas, y que dos ranchos hiciesen guardia de noche, el uno hasta las doce y el otro hasta el día con sus armas, apostándose cuatro de ellos a corta distancia cada uno en distinto paraje de centinela corriendo la voz de unos en otros de ampolleta en ampolleta, por el recelo que nos asistía de los indios (los que continuaban en visitarnos de parte de noche) como para guardar los bastimentos.

DOMINGO 13

(CORTE DE MADERAS PARA LA FÁBRICA DE LA EMBARCACIÓN): Este día se principió el corte de maderas así para los polines de la grada como algunas piezas aparentes para el casco, el que determinaron fuese de 23 codos de quilla con sus correspondientes medidas habiéndose dedicado a éste trabajo los carpinteros y hacheros con el mayor anhelo e igualmente la tripulación unos a sacar maderos de los que cortaban en el monte, y otros a desmontar la broza y dejar limpio el sitio que se había señalado para hacer la grada: así mismo tuvimos el gusto de haber conseguido la lancha y el serení con dos barcadas de bastimentos. (N.d.A.: grada era una construcción en madera, sea tablones o troncos, por donde debería ser deslizada la embarcación una vez concluida. Muchas veces se empezaba con un andamiaje que crecía junto al barco, que además apuntalaba).

Aunque el primer día de nuestra desgraciada pérdida se procuró sacar la caja de la Capilla, no se pudo este día celebrar la Misa por no estar las cosas en su lugar y no tener el sitio aparente para ello.

LUNES 14 AL DOMINGO 20

(SIGUE EL CORTE DE MADERAS): Estos días se trabajó con vigor, la gente de las embarcaciones en hacer viajes a bordo, y los carpinteros y demás tripulación en el corte de maderas, y transportar de la playa parte de los fragmentos que se consideraban útiles para la consabida construcción, teniendo hasta éste último día labradas y arregladas las cuadernas, codaste, roa y quilla, la que se hizo de un mastelero de gavía de respeto, teniendo enteramente concluída la grada.

Este último día tuvimos la complacencia de haber celebrado Nuestro Padre Capellán Fray Juan de Camiruaga del Orn de Nro Pe San Francisco, el Santo Sacrificio de la Misa con particular gozo de todos, habiendo asistido a ella parte de los indios, unos de rodilla y otros sentados con mucho sosiego.

Estos días experimentamos los tiempos variables unas veces fríos y otras templado con viento por el ONO.

LUNES 21

(PRINCIPIO DE LA EMBARCACIÓN): Este día fue de muchísimo regocijo para (sic) por haber visto como a las 2 de la tarde poner en su lugar la quilla codaste y roa (N.d.A.: quilla, codaste y roda; es la base de una nave, allí se montan luego todo el costillaje en la tradición de construcción naval «dentro-fuera»). La lancha hizo un viaje a bordo y condujo algunas velas, jarcias, barriles de brea y la tripulación de la playa tablas y otros fragmentos necesarios para el astillero a cuyo efecto se destinaron los carpinteros a bordo fueran sacando de la cubierta del Alcázar y toldilla con prevención de arrojar al agua cuando a ésta contemplasen media creciente, pues se tenía experiencia, que en llegando a tierra permanecían por no ser mar de resaca. El tiempo bonancible y claro con el viento por el S. (N.d.A.: es interesante ver como ya dominaban la situación y hasta empleaban las corrientes a su favor. En este caso, cuando estaba a medio crecer, arrojaban las maderas al agua que eran arrastradas hasta la línea de marea, de donde eran recogidas.)

MARTES 22 AL MIÉRCOLES 30

Se continuó con viveza en poner cuadernas, planes, piques y varengas (N.d.A.: es el armazón o costillaje de la nueva embarcación) para el arreglo de las piezas y la lancha en conducir de la playa las vergas mayores de guía y demás arboladura, la que sirvió para palos de la embarcación y la que no fue aparente para tablones del fondo: pues quiso Dios que el carpintero trajera a bordo una sierra grande para aserrar cualquier madero por grueso que fuese.

(RETIRO DE LOS INDIOS): Los indios estos días se retiraron de nosotros, cuya ausencia celebramos mucho por lo que nos perjudicaban sus visitas pues tenían la propiedad de hurtar con mucha sutileza a los carpinteros las hachas, suelas y todo instrumento cortante por lo que, conociendo la falta de algunas herramientas se les privó pasar al astillero, no obstante que habiendo cogido a uno de ellos en fragante delito, y dándole un castigo leve, el día siguiente restituyeron sus compañeros un hacha y una suela con demostraciones sumisas aprobando el castigo.

JUEVES 31

(COMO SE DESHIZO EL CASCO DEL NAVÍO): Amanecimos con el viento por el NNO y con novedad de haberse deshecho el casco, cuyos cuarteles y fragmentos con alguna carga vinieron a varar a la misma playa, por lo que se determinó despachar la mayor parte de la tripulación con los oficiales de mar a recoger todo aquello que fuese útil y necesario para la construcción del vagel que debía servir de Redentor para salvar nuestras vidas y sin embargo de esta orden y disposición muchos de los individuos, llevados de la maldita codicia del pillaje, antes de amanecer estaban en la playa abriendo cajones y fardos escogiendo géneros y gastando el tiempo infructuosamente ciegos de la avaricia, porque todo ello salía podrido y maltratado y aunque se hizo lo posible para estorbar este desorden, no se pudo conseguir por ser una gente perversa faltos de conciencia y subordinación, dirigiéndose todo su cuidado desde que se perdió el navío a robar sin atender a otra Ley que su antojo. Dios nos libre de iguales lances para tratar de semejantes brutos en cuya virtud se tuvo a bien dejarlos a que expoticamente siguiesen su villanía, respeto de que no se querían sujetar a lo que era justo y alivio al común.

El navío descuarteló de cavez.s de planes de popa a proa para arriba, quedando en el fondo, como es regular el plan por el mucho enjunque, con todo lo que contenía en la bodega y por ser las mareas algo vivas vino todo el cuartel del palo m.or para popa a varar a la costa, en donde no había dificultad para ir el en seco y aprovecharnos de algunas tablas, curbas, clavazón y de las bombas, los demás cuarteles con corta distancia vinieron igualmente al mismo paraje.

VIERNES 1º DE FEBRERO AL DOMINGO 3

Estos días se experimentó el tiempo benigno con vientos por el O y OSO y se continuó bien el trabajo del astillero.

Todos los días se mandaba por tierra a la playa parte de la tripulación con un oficial a conducir clavazón y aluna madera (N.d.A.: buscar clavazón es decir clavos, clavijas, pernos, etc. para la nueva embarcación), pero la mayor parte de ellos más bien se dedicaban a cargar de ropas para sus barracas, cuya maldad no era muy sensible por causa de que no se atrasara la obra.

Nuestro Padre Capellán desde la primera vez que celebró la Misa en la isla no dejó un día sin decirla, realmente desde que disfrutamos este gran beneficio se experimentaron los días hermosos y benignos, y el temperamento mucho más templado que el anteriormente.

El día de dicho mes avistamos a la parte opuesta de pto (N.d.A.: parte opuesta del puerto, es decir cerca de la playa en dirección al NO desde el Estrecho de Lemaire) una partida de indios cuyo número sería de 70 a 80, entre chicos y grandes, acompañándoles una porción de perros, y según el rumbo venían del estrecho de Maire en seguimiento de la costa para el NO lo que reconocimos en el anteojo traían la mayor parte carga a las espaldas. Estando en esta observación se apareció uno de ellos en nuestro R.l (N.d.A.: Real, es decir asentamiento) todo arañado y hablando en su idioma, dando a entender que otros indios le habían castigado y después de un buen rato se fue a incorporar con los suyos; y con motivo de estar alguna gente nuestra en la playa, a la vuelta se encontraron con ellos y repararon que las mujeres iban cargadas con carne de lobo marino, y los hombres armados con sus arcos y flechas, y aunque unos y otros se juntaron, no dieron los indios motivos de recelos, al contrario, si manifestaban mucha alegría de ver a los nuestros.

LUNES 4 AL DOMINGO 10

A la fecha de este último día estaba ya el casco en buen estado, pues tenía puesto parte de los baos, yugos, buzardas y los durmientes empernados en su lugar, como también la sobrequilla y palmejaren. (N.d.A.: gran parte del armazón interno terminado, incluso donde se afirma la cubierta.)

Estos días se aserraron los masteleros, trozo de palo m.or (mayor) y baupres, el que se mantuvo a bordo en su lugar hasta el día 29 en el que se mandó picar por el mismo branque, y se condujo a remolque al astillero, junto con algunos tablones de cedro que se compraron en Buenos Ayres (N.d.A.: toda nave llevaba siempre tablas para poder hacer reparaciones), los que también aserrados dieron porción de tablas del grueso competente para el fondo y costado de la embarcación que aunque se sacaron muchas tablas de las cubiertas del navío, estas como que estaban lastimadas de los clavos y cuñas con que se sacaron, se las dio otro destino.

También se trabajaba continuamente en hacer estopa de los pedazos de la jarcia para que a su tiempo no hiciese falta. (N.d.A.: se hacía estopa para luego calafatear el casco, es decir poner estopa a presión en los intersticios entre tabla y tabla para evitar que se filtre agua al interior de la embarcación; esta operación se completaba con brea por eso descargaron los barriles que todo buque de madera llevaba a bordo para mantenimiento del casco.)

El tiempo variable, unos días lloviendo con vientos por el NO y O, y otros buenos del SO aunque con mucho frío.

LUNES 11 AL DOMINGO 17

La construcción del Vagel se iba adelantando, aunque los operarios habían caído mucho de sus fuerzas, así por la continuación del recio trabajo, como por el corto alimento; no obstante, este último día tenían los baos y trancaniles puestos en su lugar, y la cubierta concluida y principiada a calafatear.

Después de varias conferencias entre el capitán, 2º piloto y oficiales de mar, sobre el modo de aparejar la embarcación, determinaron fuese de goleta, por ser más cómoda y pronta la maniobra en la navegación y también por el motivo de no haberle dado la manga correspondiente a la quilla, pues siendo esta de 28 1/2 codos (N.d.A.: un codo equivale a 42 centímetros según las medidas de Castilla; en este caso serían unos 12 metros de quilla, la eslora es mayor por la roda y el codaste) sólo le dieron nueve de manga (N.d.A.: 3,78 metros) y cuatro de puntal (N.d.A.: 1,68 mts.; con el conjunto de medidas dadas no creo en absoluto que pudiesen evacuar a los 193 tripulantes del Purísima Concepción sin hundirse o morir aplastado; debe de tratarse de otro sistema. Existe un codo de 0,58 mts. que daría medidas más lógicas como ser una quilla de 16,53 mts).

(APAREJO) Los palos que se destinaron para la arboladura es a saber, la verga mayor, para palom.or la del trinquete para trinquete, para votabara la verga de gavía de respeto, y para baupres la de mesana.

(ENCUENTRO CON INDIOS) Día 13, a eso del mediodía descubrimos una partida de indios, que venían como del estrecho de Maire, siguiendo la misma derrota que los antecedentes y habiendo hecho alto a corta distancia de nuestro Real en un monte, tuvieron a bien algunos de los nuestros ir como cazando a donde estaban ellos por ver si era otra gente: llegados al paraje reconocieron ser parte de los que habían estado antecedentemente cuyo número era de 50 a 60 entre mujeres y niños. Comenzaron estos a gritar en su idioma, manifestando alegría de vernos y los nuestros hicieron lo mismo, procurando agasajarlos con demostraciones de cariño, previniendo que los hombres estaban en la playa del bosque, y las mujeres y niños dentro de él; por lo que llevados de la curiosidad varios quisieron entrar a verlas pero se opusieron los indios demostrando en esto ser celosos; por cuyo motivo tuvieron a bien suspender la determinación por no causarles el menor motivo de sentimiento en cuya vista después de un corto espacio de tiempo se les dio a entender, si gustaban pasar a nuestro pueblo, lo que admitieron inmediatamente, y comenzaron a marchar esto es las mujeres algo desizadas con una regular modestia y los indios juntos con los nuestros, y todos con mucha alegría, cantando unos y otros en su idioma, y en esta conformidad llegaron a un Riachuelo contiguo a nuestras barracas, y en el dieron a entender los indios se separasen a un lado los nuestros; y luego el que parecía más antigüo entre ellos con alguna Majestad habló a las mujeres, y éstas con sus hijos prontamente y con mucha sumisión comenzaron a caminar por el monte arriba, y ellos se vinieron con los nuestros para las barracas, a donde fueron a incorporarse con sus mujeres, como que no ignoraban su estancia; y con efecto a corta distancia del astillero en la loma del remate del monte, y al abrigo de una arboleda hicieron su parada, pues por la noche oímos sus voces y ladridos de los perros. (ROPA DE LOS INDIOS): Los más de éstos bárbaros siempre venían pintados de encarnado de color como almagra; y otros teñidos de negro las caras, con varias pintas blancas encima. No traían más vestido que una manta de pieles de lobo marino; otros de zorros; y los más de guanacos; y aunque le ponían los nuestros varias cintas amarradas a la cabeza y los brazos, como también pedazos de bayeta, y otras cosas de ropa, nada de esto estimaban; porque aunque recibían a porfía después las tiraban; y siempre venían en su primer equipaje. También hacen albaricas con pellejo de lobo.

(GALA DE LOS INDIOS): Su gala consiste en ponerse la cara la figura más horrorosa que pueden por medio de las pinturas. Las pocas barbas que tienen se las arrancan, como también las cejas. Todos tienen el pelo cortado, y quemado, a excepción de los tufos que se dejan caer por la cara. Todos los grandes tienen los carrillos arañados, sea con sus uñas o con piedras, y hecha una costra de sangre.

(CALIDAD DE LOS INDIOS): Naturalmente tienen las caras buenas: son altos todos, y bien hechos, y el color natural no es tan prieto como el de los otros indios; y aun hay algunos que son tan blancos como nosotros, aunque todos cubiertos de pinturas grasas y otras porquerías. Los más llevan en la cabeza puesto como turbante un gran mazo de cordel, muy bien hilado con lana de guanaco.

(IDEM DE LAS INDIAS): Las mujeres regularmente son chicas de cuerpo, todas afeadas de pinturas y muy asquerosas; entre ellas hay niñas que pueden pasar por bonitas aún entre las blancas. Todas están vestidas como los hombres, sólo con la diferencia que interiormente están un poco más honestamente vestidas y cubiertas, y traen sus gargantillas. No le pudimos descubrir ninguna apariencia de religión, ni de gobierno, sino que parecen errantes como el ganado en el campo, porque en varias partes se encuentran de sus chozas que sólo consisten en una media luna de ramas plantadas y entretejidas, cubiertas de yerbas, como para resguardarse de los vientos: (SUS CASAS). En ellos no se conoce malicia, ni vergüenza. Se mantienen de poca cosa; porque no cargan sino un poco de carne de lobo, u otro animal que poniéndose todos alrededor del fuego que encienden la calientan y comen cortando con el filo de una piedra. También a veces traían pedazos de pescado muy bueno, pero no nos pudimos entender ni palabra, saber donde pescaban o cazaban, ni para otra cosa ninguna. Entre varias tropas de esta gente que su curiosidad los traía a visitarnos, el 28 de enero estuvieron unos 30 distintos de los demás, todos vestidos de pieles de guanacos, y sin ninguna mujer, en lo que parecían de tierra adentro; porque los de la mar regularmente se visten de pieles de lobo. Ellos no tienen estada fija en parte alguna sino que se mudan a menudo de una parte a otra, sea para mudar de temperamento, según la estación o para buscar la comida que necesitan para su manutención.

Sus armas son flechas que las hacen con mucho primor, aunque no tienen más instrumento que piedras: las puntas de las flechas son de pedernal; y desde nuestro naufragio dieron en haberlas de vidrio, que las labran muy bien, sin más instrumento que cualquier pedazo de arco de vasija que encontraban; y aunque estabamos en la inteligencia de que no tenían otras armas, ni les habíamos conocido, el día siguiente de su partida el mayordomo que andaba cazando encontró en el campo dos balas hechas de piedra aforradas en tripas de animal con su cordón de lo mismo muy bien hecho pero roto, porque se les hubo de perder; y sin duda se sirven de éstas armas para coger guanacos, y otros animales de cuyas pieles se cubren.

(MODO DE PESCAR DE LAS INDIAS): Sus mujeres todas las bajamares iban a pescar con unos palitos muy flexibles, en cuyos extremos tienen una barba de ballena con su nudo corredizo, en el que ponen la carnada, y con esto pescan sin anzuelo. Ellas son las que cuidan de pescar y mariscar para los hijos y el marido; porque los hombres no mariscan, sino es para comer crudo sobre la marcha: para estos tienen otro modo de pescar que es en las playas con unas redes de 8 a 10 brazas, muy bien hechas de tripas de animales, torcido lo mismo que cuerdas de violín, hechas a malla grande. Con esta red se meten dos indios en el agua hasta el pescuezo, y después caminando para tierra sacan buenos peces.

(PRODUCCIÓN DE LA TIERRA): La tierra además de la madera de construcción para la fábrica de nuestra única esperanza nos proveía de apio para el caldero que abundan alrededor del puerto, como también de berros y chicorias amargas para ensaladas; de varias frutas silvestres que comen los indios: entre ellas de una especie de uvas de corintho que crían en uno arbolitos como de parra. Otra fruta colorada se halla con abundancia del tamaño de las fresas silvestres de muy buen gusto, pero no tienen grano; y la más excelente de todas, que en cualquiera parte pudiera pasar por delicada, es la que crían los panizos que hace la tierra, y no sale de ella más que un poquito que se asoma: tiene la misma hechura que las moras grandes de zarza, pero el color y gusto como el de las fresas sin diferencia.

(PÁJAROS): Se crían jilgueros, tordos, malvizes, y otras muchas especies de pájaros. De animales sólo hemos visto zorros y rastro de guanacos saliendo a los montes.

(ANIMALES TERRESTRES): No hay duda que internándose para adentro se hallarán de éstos y otros animales.

(CALIDAD DE LA TIERRA): Pero además de no poderse exponer uno a pasar noche fuera, por el motivo de los indios, la tierra en la mayor parte es esponjosa, en tanto extremo que uno se entierra de modo que le cuesta tanto con las continuas lluvias y nieblas, a lo que también contribuyen las nieves del invierno, las producciones de un año para otro apelmazándose sucesivamente cría una costra en parajes de más de una braza tan fofa, que sobre ella se anda como si fuera unos colchones (N.d.A.: turbales con pantanos); por lo que se camine se cansa mucho; pues por lo demás parece la tierra muy fértil, con buenas llanuras y pastizales, suaves colinas de que se compone todo lo que comprende desde la costa hasta la cordillera que se descubre cubierta de nieve.

(TRIGO DE LA ISLA DEL FUEGO): También hallamos una especie de trigo, cuyo grano es más delgado y más largo, que a fines de marzo está maduro.

La mar es tan abundante que a nuestra llegada hallamos bastante de que vivir; excelente mariscos de varias especies, como son erizos, mañegues, mejillones, caracoles, lapas y almejas, como también varios pececitos que a la bajamar haciendo alguna diligencia se hallaban en los pozos, bajo de piedras y entre ellas congrios hasta de media vara. Diversas especies de sargazo o yerba marina nos suplían cuando había escasez de otra cosa mejor; porque primeramente tostado y después cocido con sebo y comíamos bien.

(CAZA DE AVES): Los lobos marinos y pájaros niños cuando se podían coger nos daban buena comida. La caza es muy abundante de patos, chorlitos, becazinas y otras muchas aves.

LUNES 18 AL DOMINGO 24

(PARADA DE LA BALLENA): El día martes vino a varar una ballena a la misma punta del puerto de la banda del NO enfrente donde residen los indios mencionados, los que luego que la descubrieron bajaron a hacerla cuartos, valiéndose para ello de los pedazos de arcos de nuestra vasijería y piedras cortantes, con cuyas herramientas sacaban unas lonjas como de 3 a 4 a. De peso, las que procuraban partirlas cuadradas para la comodidad de cargarlas en las espaldas, y aunque ella hedía bastante, con todo comían con gran primor una tajada, y se lamían los dedos untados de aquella grasa como si fuera un rico acitrón.

(VARADA DE LAS SARDINAS): El día del glorioso Apóstol Señor San Mathías, tuvimos particular complacencia y gusto por habernos Dios favorecido con toda la playa llena de sardinas hermosas y frescas, varadas con algunas pescadas; de manera que no quedó ninguno en el Real que a esta novedad no acudiese a recogerlas, trayendo cada uno de por sí un saco de ellas; por lo que dejo a la consideración de todos ponderar el particular gozo que recibimos con este manjar tan rico; pues por cualquiera parte de este pueblo no se encontraba otra cosa que un puro freidero de pescado, y parrillas llenas de sardinas asadas, como que a cada individuo encontró con muchísima hambre y necesidad pues la comida de 24 a 24 horas de un poco de maíz cocido y frijoles con una galleta tenía a todos consumidos.

LUNES 25 AL JUEVES 28

A la fecha teníamos entablado la banda de estribor, y dado principio a la de babor siguiéndo el mismo tiempo su trabajo los calafates. (N.d.A.: forro externo y calafateado).

El día 26 se mandó la lancha a la playa para conducir las bombas que se habían destinado para nuestro vagel; y teniendo la madera suficiente para su construcción y falta de clavazón machos y hembras tuvieron a bien de pegar fuego a todos los cuarteles para aprovechar de todo el fierro necesario, a cuyo efecto se mandó la tripulación y en menos de dos días quedó todo hecho ceniza; y por los consiguiente la playa abastecida de fierro para escoger con abundancia (N.d.A.: prendieron fuego a todo el maderamen que tenía clavos y pernos, como por ejemplo cuadernas, baos, etc.).

Los indios continuaban en descuartizar la ballena y transportarla a los montes, y según decían los nuestros la iban acomodando bajo de tierra para conservarla. Con esta motivo los teníamos continuamente a la vista.

(COMO SE HABILITARON LOS NUESTROS PARA IR A PESCAR): Con la varada de las pescadas, se habilitaron varios marinos de aparejos, y con las dos embarcaciones salían a pescar en 20 brazas de fondo conduciendo cada viaje porción de pescado de tal conformidad que había providencia para el pueblo.

VIERNES 1º DE MARZO AL DOMINGO 3

El trabajo se iba adelantando fuertemente pues tenía la mayor parte del costado de babor entablado.

Se continuaba en mandar gente a la playa para conducir clavazón, pernos, hembras de timón, y demás cosas necesarias.

Los indios subsistían en su faena como en visitarnos todos los días por la novedad que les causaba la construcción de nuestro vagel. La pesca se hacía por mañana y tarde disfrutando todos de este beneficio. Los vientos templados por el N y NNE.

LUNES 4 AL DOMINGO 10

Éste último día se acabó de entablar todo el casco y la popa, quedando muy poco que rematar de obras muertas.

Se destinaron 3 carpinteros para ir trabajando la arboladura, y otros dos para remates de borda, toldilla y timón.

También se tenía concluída y lista la jarcia, y demás aparejos del buque, menos el velamen por haber diferido su corte hasta poner los palos.

Se dio orden al despensero fuese desalando y cociendo la carne y embarrilando al mismo tiempo a fin de que del todo estuviese compuesta para comer, recelosos de que el tiempo no daría lugar en el viaje para cocinar.

Los indios teníamos de visita desde por la mañana hasta la tarde que se retiraban a sus chozas, quedándoles de la ballena muy poco que sacar. La pesca de caída; los días hermosos con vientos por el N y NNE.

LUNES 11 AL DOMINGO 17

Se trabajó en la conclusión de nuestro vagel con el mayor anhelo. La carpintería remató enteramente. Este último día se trabajó que dando muy poco a los calafates. Fue preciso terraplenar y alargar más la grada para la playa por haberle dado al principio mucha caída.

Estos días se hicieron dos viajes a la playa por común consentimiento de todos, sin excepción de persona, en comunidad, y con mucha devoción, rezando el Rosario por nuestro Padre Capellán a conducir toda la clavazón, que cada uno según sus fuerzas podía cargar, con acuerdo de que debería servir de lastre, y llegados a salvamento su producto para sufragio de las Ánimas del Purgatorio.

Los indios no se separaban todo el día de nosotros, previniendo que el día 16 uno de ellos según sus demostraciones y señas, dio a entender haber visto pasar un navío del estrecho de Maire o de la costa. Los vientos frescos por el NO y SO.

LUNES 18

Amanecimos con el viento fresco por el SO y el cielo claro; y a eso de las 7 1/2 de la mañana habiendo tomado primero las precauciones necesarias empezaron a dar fuego, para que los costados recibiesen bien el betún (N.d.A.: brea para impermeabilizar el forro externo; operación que requería sus cuidados porque podía prenderse fuego); lo que se consiguió con toda felicidad; y después se siguió con el betún de brea y sebo, que de todo tuvimos la fortuna de salvar lo suficiente, cuyas diligencias se practicaban con ánimo de echar el buque al agua el día siguiente por ser a las tres de la tarde la pleamar. Se tendió un anclote enfrente de la misma proa del barco, para hacer en él firme las guindaresas, a fin de que los aparejos Reales sirviesen de llevarlo con morosidad por la grada, temerosos de que no sucediese alguna desgracia. Igualmente se pusieron otras dos guindaresas por la popa de retenidas para llevarlo con mayor seguridad.

MARTES 19, DÍA DEL SEÑOR SAN JOSEPH

(BENDICIÓN Y BAUTISMO DE LA REAL CAPITANA DE LA ISLA DEL FUEGO): Amaneció el día a medida del deseo, claro, benigno, y hermoso; y después de haberse celebrado la Misa con particular regocijo de todos, se tocó la campana a comunidad para ir juntos en procesión cantando las Letanías de la Virgen al astillero a bendecir y baptizar nuestra Real Capitana San Joseph y las Ánimas (alias el Buen Suceso). Concluída esta función se mandó asistir a toda la tripulación al trabajo de sitiar el casco en su lugar, bajando sobre la grada, en que estaba encerada, para que no tuviese detención alguna; y habiendo principiado a esta maniobra aflojando las cuñas de los puntales de la banda de estribor, por no haber tomado el trabajo de poner a cada uno de ellos en las cabezas una cuña clavada, llevados de la confianza (que es la causa primera de nuestra pérdida), de que no faltarían, de cuyo movimiento de repente se tumbó sobre la grada de la banda de babor, rompiendo uno de los costones que se le habían puesto como a las barcas Cathalanas para que en baranda se mantuviese derecho, dejando a la consideración de cualquiera facultativo el sentimiento que causaría este no esperado accidente malogrando el día que nos prometíamos favorable. No obstante, en medio de que todos quedaron sorprendidos, acudieron a reparar el daño con el mayor esfuerzo, portándose los carpinteros en esta ocasión con tanta eficacia, que a las 6 de la tarde, ya tenían reparado todo lo que correspondía a su facultad, y con la misma presteza cumplieron su obligación los calafates: de tal suerte que a las 10 de la noche estaba el buque listo para el día siguiente.

MARTES 20

(N.d.A.: Botadura de la goleta y contratiempos.)

Al ser del día cortaron maderas suficientes para alsaprimas. En este intermedio se levantó una media discordia entre los Maestros, sobre el modo con que se había de echar al agua: unos que conforme estaba ladeado; y otros que primero se había de poner derecho; y después de varios debates, acordaron se diese un aparejo Real de través a la playa, para de este modo suspender, y al mismo tiempo ronzar, a fin de ponerlo en medio de la grada, lo que efectuado así se verificó el éxito con felicidad y consiguientemente se aseguró con puntales de popa a proa, para no experimentar de nuevo el quebranto del día anterior en cuyas maniobras se pasó la mañana y por no ser la pleamar hasta las 4 de la tarde, despacharon la gente a comer la corta ración que les correspondía; y a eso de las 3 de la tarde, contemplando suficiente agua dieron principio.

(SEGUNDO SUSTO): Comenzando a halar por los aparejos Reales muy poco a poco arriando las retenidas según el andar del barco; y en vista de que el de por sí deseaba romper tuvieron a bien de largar dichas retenidas, y luego inmediatamente corrió con velocidad, pero por no dejar de experimentar otro segundo susto, se detuvo en medio de su carrera teniendo ya la proa cuasi en el agua, cuyo accidente consternó enteramente a todos, contemplando que su pérdida ocasionaba la nuestra por causa de la estación avanzadas pocos bastimentos y la gente aniquilada y sin fuerzas par demorar más tiempo, pero no permitió su divina Majestad dejarnos sin consuelo, aunque todos quedaron turbados en aquel lance por el peligro en que estaba la embarcación y su quilla a riesgo de partirse por medio. Habiendo principiado a bajar el agua, acudieron con presteza a remediar el daño, el que consistía en los listones de la grada por no haberlo dado el anchor correspondiente y por lo mismo en aquel paraje le impedía la aviada quitando el fuego a los costones en cuya vista hechos cargos de la dificultad con la prontitud que el caso requería, arrancaron dichos listones, y principiaron a halar por los aparejos, los que a poca diligencia fue preciso quitarlos por el motivo de que con la fuerza que atraían así el anclote, por lo que faltando también este recurso, determinaron botar a fuerza de golpes de cuñas y alzaprimas (N.d.A.: palancas), ayudando al mismo tiempo toda la gente de espaldas, haciendo hincapié por la popa, y de esta forma lograron echar al agua sin la más mínima desgracia, de la que dimos gracias a Dios y a la Virgen Santísima, cantando la salve en voz alta por nuestro Padre Capellán, cuya felicidad ocasionó a todos un tan particular gozo y alegría que no se puede ponderar, pues hasta los indios que se hallaban presentes a imitación de los nuestros tiraban por alto sus mantas, o pellejos gritando a viva la Virgen.

Luego que el barco se tuvo en el agua le metieron porción de lastre, y lo llevaron a remolque hasta ponerlo frente, por frente de nuestras barracas en donde a eso de las 7 de la noche quedó asegurado, con sus correspondientes amarras.

JUEVES 21 AL DOMINGO 24

Estos días se emplearon en formar la cabria, poner los palos en su lugar, en capillar la jarcia, y arriar los bordones que para este fin sirvieron: la verga de mesana y una de las de gavia, habiendo cortado el baupres de la verga de mesana.

LUNES 25 AL SÁBADO 30

A toda prisa se procuraba habilitar nuestra salida: este día quedaron envergados, las velas que son mayor, trinquete y los foques, las que se cortaron de las gavias y velachos del navío.

Los vientos variables por el NO y OSO frescos con algunas lluvias.

DOMINGO 31

(DONACION Y PROMESA ANTES DE PARTIR) Este día después de haber oído Misa comparecieron ante el Ssno. Don Eusebio de Molina, los oficiales de Plana Mayor y los demás con toda la tripulación y expresaron que mediante haberse construido la presente goleta con el trabajo resp.ve de cada uno, la madera que se cortó en el monte para toda su ligazón y de los fragmentos del navío, como son clavazón, tablas, jarcia y demás pertrechos de que se componía, y por lo mismo estar ciertos, y savedoras del derecho que les asistía a la citada embarcación. Todos de común acuerdo renunciaban, y cedían al convento de Nuestro Padre San Francisco de la Ciudad de Montevideo en obsequio del Señor San Joseph y sufragio de las Ánimas Benditas del Purgatorio con todos sus pertr.os y la corta parte de lastre de fierro que se condujo en dos ocasiones de la playa en procesión para mayor sufragio de las dichas Almas, haciendo voto solemne ante dicho Ss.no de llevar a debido efecto esta renuncia, luego que Dios fuere servido dejarnos llegar a algunos de los puertos del Río de la Plata; y que si por algún acontecimiento tuviese efecto quedase el dro a salvo, por repetir de quien hubiese lugar. De que se otorgó instrumento formal ante dicho Ss.no (VÍVERES) también este día se embarcó la aguada y el bastimento que se componía de 52 tercerolas de agua, 31 sacos de pan, 17 barriles de carga con carne salada sancochada, 4 idem chicos de perdices y chorizos y 9 de vino y de aguardiente que es lo que se reservó para el viaje.

LUNES 1º DE ABRIL

Luego que amaneció determinaron dar principio al embarque de la gente por ranchos, llevando cada uno su mochila, en cuya faena se empleó todo este día, habiendo tenido bastantes desazones con la gente por no querer reducirse a lo que era justo, queriendo llevar cada uno un saco grande, pero viendo que de esta suerte no cabía la mitad de la tripulación se les minoró arrojando al agua todo lo que era superfluo con lo que quedamos listos para el siguiente día.

(DESCRIPCION DEL PUERTO Y DEL LUGAR) A este puerto se le puso por nombre la Consolación, está situado por los 54ª 35′ meridionales (N.d.A.: por esta posición, no podría ser Caleta Falsa dado que está en los 54º 38´, tendríamos que ver con qué cuadrante obtuvieron la latitud y según que cálculo, algo difícil de encontrar hoy en día, recordemos que el meridiano dependía de cuál meridiano se tomaba de origen –Cádiz, Madrid, Londres, etc.– y 3 minutos en una latitud no era considerado casi error, después de los 6 minutos se lo consideraba error) según las repetidas observaciones hechas por nuestros pilotos en la punta occidental en la embocadura donde tiene fondo de s.e cerca de milla y media, con un arrecife cuasi en el medio que nace de la punta del E entre el cual, y lo que en su frente descubre la bajamar, es lo más angosto del canal de cuyo paraje por fuera hay agua de 4 brazas hasta 7 (N.d.A.: de 7 m a 13???), pero pasará adentro y en bajamar de aguas vivas, queda todo en seco hasta enfrente del Real 2 y con el mismo orden cuanto más adentro, menos. De los tres montes tan conocidos en la parte oriental de la Tierra del Fuego con el nombre de los Tres Hermanos, el del medio hace fondo de dicho puerto, por la parte del E le abriga el Hermano más oriental aunque no baja hasta tan cerca del puerto como el otro; sino que hay un pedazo de tierra, antes de llegar a la falda de dicho cerro, y por la parte occidental, asimismo está abrigado por una loma alta que desciende con un bosque muy frondoso hasta el mismo bordo del agua, lo que causa en este puerto un temperamento, algo distinto y suave respecto al de las demás partes circunvecinas.

(ABUNDA LA LEÑA Y EL AGUA): Agua y leña hay con mucha abundancia en distintas partes, pero las aguadas principales son dos arroyos permanentes que se hallan en el fondo del puerto, el uno a la banda del S, que es algo profundo, y tiene peces; y el otro a la parte del O que viene por un zanjón y se esperze en saliendo a la playa toda es del color del Vino de Málaga, sin ningún mal gusto, y se mantiene buena en la mar; las mareas son tan regulares como en cualquier parte de la Europa siendo la pleamar a las 6 y 1/2 el día de la conjunción, y oposición de la Luna.

(N.d.A.: los Indios embarcando a los españoles) Nuestros amigos, los indios, conociendo que estabamos de partida venían con todo cuidado por las mañanas muy temprano, aunque había 1 legua de camino al E de nuestro puerto de donde últimamente estaban alojados, y despedían la gente con mucha ternura y demostraciones de amistad cargándoles las mochilas desde el Real astillero y embarcarlos a sus hombros.

Deseando evitar toda discordia, falta de unión y buena armonía, tan conveniente a nuestro éxito que desviamos guardar con tanta gente en tan pequeña embarcación en todo lo que se pudiese ofrecer, fueron leídos por nuestro Ss.no a los oficiales y tripulación los artículos siguientes:

1º Que teniendo ya habilitada dicha goleta, nos habíamos de hacer a la vela al primer buen tiempo dirigiéndonos al Río de la Plata, el que desviamos preferir por todos motivos en primer lugar el puerto de Buenos Ayres, y en segundo la Ensenada de Barragán y en su defecto por causa de viento contrario, y a Montevideo, o Maldonado, prefiriéndolos siempre según el orden referido en lo que el tiempo permitiese a menos que la contrariedad de vientos por el N y otro accidente inopinado nos obligase a tomar resolución de pasar por el estrecho de Magallanes, cuya determinación en tal caso se tomará con acuerdo formal de oficiales, pasajeros y pral gente de mar, y en este segundo caso procuraríamos uno de los primeros puertos de Chile, somo es Chilue o Valdivia.

2º Que en la embarcación durante el viaje debíamos conservar una buena unión, y hermandad sin pretender la igualdad que algunos ignorantes habían proferido en aquel desierto, teniendo presente que la igualdad se debía entender en orn a la reción y demás conduc.te a la humanidad que es común a todos sin confundir esta con la distinción de personas, y justa subordinación a que además de ser absolutamente necesaria a la común conservación estaban obligados, bajo la pena que el que incurriese en la falta seria acusado al Juez ante quien se debían presentar a dar cuenta del desgraciado suceso.

(REGLAMENTO DE A BORDO)

3º Que siendo la embarcación pequeña para contener cerca de 200 personas, tanto para las guardias como para los alojamientos y distribución de ración, toda la gente se dividía en cuadrillas de a 12 hombres con su cabo que se alojarían donde se les ordenase sin alteraciones, ni disputa, bajo la pena de ser acusados de inobedientes.

4º Que pudiendo haber entre mucha gente algunos de malas inclinaciones, cuyos atentado nos pudieran ser muy perjudiciales, cualquiera que fuese convencido de haber varrenado alguna vasija, o robado cualquiera otra parte de víveres, o se le encontrase canuto, vaina, u otro instrumento de beber por fraude, sería castigado con la suspensión de entrar bajo de cubierta por el tiempo que se tuviere por conveniente.

5º El que por fraude le privase a su compañero de cualquiera cosa de alimento que tuviese reservado de su ración, se le suspenderá la mitad de la suya por tres días.

6º Cualquiera que bajo cubierta cometiese algún desacato que pudiese perjudicar a la salud, no teniendo indisposición que lo impida salir a sitios señalados, para el fin tendría la pena de estar sobre la cubierta tres días con sus noches.

7º Si durante el viaje, la falta de víveres, de aguada, u otro cualquiera urgencia, nos obligasen a abordar algún puerto, ensenada, o costa, las cuadrillas que tuviesen gente más propia hasta el número que se ordenase, deberían ir a solicitar nuestro remedio, y si hubiese discordia sobre las cuadrillas que se debían desembarcar se decidiría echando suerte entre las que tuviesen gente más apta para la diligencia, sin que este sorteo entrase la gente inútil, para el efecto, bien entendido que los que fuesen, deberían hacer todo lo posible y trabajar por la común conservación, sin aplicar a su particular la menor parte de lo que fuere alimento, bajo la pena que el que incurriese en esta falta de humanidad sería excluido de la compañía y abandonado en la misma tierra.

8º Que el que en la embarcación fuese sedicioso, revoltoso, maltratare, amenazare con arma o en efecto le hiciese a otro daño, respecto de no tener prisiones, con que conducir, a entregar con la correspondiente seguridad, sería asimismo abandonado, en la primera tierra. Si fuese antes de llegar a puerto, quedando, no obstante, la facultad en el capitán para que pudiese usar de su clemencia, según la inocencia del caso.

9º Que el que fuese convencido de haber levantado falso testimonio a otro, tendría la pena correspondiente a la culpa que le imputasen.

Los nueve artículos antecedentes fueron leídos por el infraescripto Essno, hoy día de la fecha a bordo de la goleta nombrada San Joseph y las Animas, estando ya por hacerse a la vela, a toda la gente de mar, y demás individuos de que quedaron enterados y para que constase dio fé a 1º de abril de 1765.

Salida del puerto de Consolación de la Tierra del Fuego con la goleta nda San Joseph y las Animas (alias el Buen Suceso), construída en dicho puerto para salvar los náufragos en el navío la Purísima Concepción.

El día 2 de abril a las 2 y 1/2 de la tarde largándonos en dicho puerto aunque estaba el viento por el N, salimos al remolque de nuestra lancha que la conservamos durante toda la noche pero a la madrugada fue preciso abandonarla con viento fresco por el N, y mar alta y gobernando en varios rumbos al mediodía del día 3 nos hallamos en la Latitud 54º 18′.

JUEVES 4 DE ABRIL AL LUNES 8

Con varios vientos gobernando del O a el ONO, este último día a las 10 de la mañana descubrimos por la proa, la costa de Patagones, tierra rasa y pareja la cual a mediodía nos quedaba como 6 leguas habiendo observado 50 y 57.

MARTES 9

En estas 24 horas tuvimos varias ventolinas gobernando en distintos rumbos, hasta la madrugada que variando el viento por el E hasta el SSE fueron gobernando al NNO y al mediodía, nos hallamos distantes como 3 leguas de tierra en la Latitud estimada de 50º 39′.

(Documento al parecer incompleto).

(Archivo General de Indias- Sevilla- Audiencia de Buenos Aires- Expedientes e Instancias de partes- Años 1771 a 1776- Estante 124- Cajón 1- Legajo 14.)

N.d.A.: Como es evidente, el anterior documento está incompleto. Continuamos con el relato de la navegación hasta Buenos Aires tomado de una transcripción realizada por Don Héctor Ratto en el Archivo de Indias.

Los nueve capítulos antecedentes fueron leídos por mí, el infrascrito escribano hoy día de la fecha a bordo de la Goleta nombrada San Josef, y las Ánimas estando ya para hacerse a la vela a toda la gente de mar y demás individuos de que quedaron enterados; y para que conste doy fé a primero de Abril de mil setecientos sesenta y cinco: Ante mí Eusebio Felices Molina escribano de navío: Todo dispuesto como queda dicho, el día 2 de Abril aunque el viento estaba contrario determinó salir esperando que en la mar hallaríamos otro mejor, porque cualquiera demora en el puerto pudiera acarrearnos fatales consecuencias, siendo así que la embarcación cargada no dejaba de recibir algún daño, tanto al tiempo de varar con la variante, como al de nadar con la corriente. A las dos y media de la tarde, que empezó a nadar la goleta nos largamos al remolque de nuestra lancha con viento por N y N NE y habiendo salido fuera según la Canal a las seis nos hallamos al N de nuestro puerto distante como una legua y al día siguiente el viento por el NNO fresco con bastante marejada nos obligó a abandonar la lancha que traíamos a la zaga, no pudiéndola conservar más con nosotros, hallándonos como cuatro o cinco leguas de la costa de los hermanos de cuyo paraje, variedad de vientos por el cuarto cuadrante con intervalos de calmas nos acompañaron a hacer la travesía a la Costa de Patagones, hasta el día ocho que la descubrimos por los cincuenta grados cincuenta y tres minutos, quedándonos al mediodía distante de ella como seis leguas: el día nueve con la misma variedad de ventolinas y calmas, habiendo gobernado en diferentes rumbos del primero y cuarto cuadrante nos hallamos al mediodía tres o cuatro leguas de tierra en 50 grados y treinta y nueve minutos pero el mismo día desde las dos de la tarde nos entró el viento por el SO en tempestad con mar alta, y tiempo cubierto, que obligándonos a alijar la mitad del serení, que deseabamos conservara para cualquiera urgencia en toda la noche no nos permitió traer más vela que el trinquete con sus dos rizos: hasta el día 10 al amanecer que hallándonos cerca de tierra con viento algo más moderado, aunque siempre la mar muy alta largamos la mayor con tres antagallas y gobernando a ENE al mediodía se observó en 49º y 48′ distante de tierra cinco o seis leguas con el mismo viento gobernando al NNE a las diez y media de la noche perdimos un hombre que el puño de trinquete nos lo tiró al agua y no pudimos coger por la mucha mar y viento desde las cuatro de la madrugada del día once con el viento que varió hasta el S habiéndonos ya bastantemente apartado de tierra empezamos a gobernar al N y NNO y al mediodía observación en 48º 21′: el día 12 habiéndo gobernado en distintos rumbos del primero y cuarto cuadrante con ventolinas por el N. El día 14 y 15 tuvimos un golpe de viento del OSO tan furioso que no parecía sino un verdadero huracán con la mar tan alta que no pudiendo gobernar al rumbo fuimos corriendo en popa con el trinquete, y como no se pudo abrir ni un escotillón para introducir el aire en la bodega tuvimos un hombre ahogado de sofocación, y quiso Dios que el día 15 a la tarde hubiese ya empezado a abonanzar de modo que pudiésemos abrir los escotillones y socorrer muchos que estaban desmayados, sin lo cual por precisión hubiéramos tenido mucha gente muerta como en efecto murieron dos de estas resultas, y fue el tiempo perdiendo fuerza cada vez más, de suerte que a las cuatro de la madrugada nos quedamos del todo en calma. Al mediodía observación en 45º 16′; después de la calma dicha tuvimos vientos del SSE que dando vuelta por el Sur hasta el OSO nos acompañaron hasta el 18 que nos hallamos en 41º en adelante con ventolinas del NO al Sur avanzamos hasta 39º 24′ que se observó el día 21 en calma muerta a la que inmediatamente sucediéndole viento Sur que sólo variaba hasta el SE par volver otra vez al Sur y bastantemente fresco con tiempo claro, con que gobernando al NE cuarto N durante la noche por evitar la demasiada proximidad de la tierra y al N cuarto NO desde el amanecer del 22 a las diez descubrimos tierra muy rasa en la Latitud estimada de 37º 18′ hallándonos como tres leguas de la costa en 8 brazas de agua, fondo de arena colorada. El día 23 habiendo observado en 35º 31′ se puso en derrota del O cuarto SO para Buenos Ayres pero oponiéndosele varios sujetos, que querían ir a Montevideo, y viendo que el capitán no quería condescender a su instancia, vinieron con la misma pretención algunos de la tripulación, a los cuales y todos juntos les dijo, que llevasen el barco a donde quisiesen, que el no quería llevar sino a Buenos Ayres, con lo que se retiró pero viéndose en un estado de inación, y a petición del Padre Capellán y otras personas, porque no perdiésemos tiempo, volvió a salir y nos pusimos en derrota para Montevideo ciñendo el viento E y gobernando de NNE y al N cuarto al NE hasta las ocho de la noche que considerándose ya a la vista de tierra dimos fondo el día 24, amaneciendo con el mismo viento E. El Cerro de Montevideo nos quedaba al E cuarto al NE distante como siete leguas, y sin embargo de esto todavía insistían en que habíamos de ir a Montevideo, fundados en que la corriente nos ayudaría, y habiéndonos levado dimos la primera bordada en vuelta al N pero viendo que no se granjeaba nada a las nueve y media volvieron a pedir que arribásemos a Buenos Ayres y habiéndolo hecho así el día veinticinco a las diez dimos fondo en las balizas los ciento ochenta y nueve individuos sin contar los cuatro que se nos faltaron por el camino.

Hállase el que ha servido de original en el tomo 8º de Papeles varios de la Colección de m.ss de Don Benito de la Mata Linares; y posee el Señor Marqués del Socorro que me lo facilitó para copiarme.

N.F. de N. (Rubricado)

(Foja 14 v.a y tres fojas más en blanco)

N.d.A.: tomado del trabajo de Don Héctor R. Ratto:

XIX.- Documento que trata del naufragio del navío Concepción en Tierra del Fuego – destino al que figura en el libro IV – procendente del Depósito Hidrográfico de Madrid

Pág.112

COSTA PATAGONICA – Tomo 1º; 1er Documento (Leg. 9); b 1ª.

Viaje del Navío la Concepción desde Montevideo hasta la Tierra del Fuego que el día 10 de Enero se perdió y su descripción y llegada a Buenos Ayres.

N.d.A.: A raíz de este naufragio el Rey ordena se explore el lugar y se construya un puerto de arribada o colonia. Se destina un bergantín al mando del Teniente de Fragata Don Manuel Pando.

Lugar probable del naufragio del Purisima Cocepcion

Entrada a Caleta Falsa donde los naufragos hicieron el campamento

Lugar probable del campamento de los naufragos en Caleta Falsa sector noroeste