CORBETA ARA URUGUAY –

PARTIDA A LA ANTARTIDA Y REGRESO 1903

Esta colección de fotos del Archivo General de la Nación son interesantes como recuerdo de la gran Campaña de la Corbeta Uruguay en 1903. Salida de puerto Banda de Música y altar aparentemente en la Casa rosada y luego el puerto. Pero también es muy interesante el antes de la Corbeta Uruguay en la Campaña del Desierto. Cosa que poco se menciona. Lo veremos escrito por el Dr. Ricardo Capdevila, Historiador Antártico de la DNA (Dirección Nacional del Antártico).

 

LA CORBETA “URUGUAY”: SU PARTICIPACION EN LA CONQUISTA DEL DESIERTO Y LAS TIERRAS AUSTRALES ARGENTINAS

      Por Ricardo Capdevilla

 Resumen: Este trabajo de investigación, realizado en la representación de la Dirección Nacional del Antártico, aporta algunos documentos que se encuentran en el Archivo General de la Armada vinculados con la participación de la cañonera o corbeta “URUGUAY” en la Conquista del Desierto. Comprende asimismo, toda la labor anterior y posterior a la misma, en la tarea de reafirmación de soberanía en los territorios australes que llevaron al genio político y militar del General Julio Argentino Roca a la realización de aquella magna gesta.

La tarea de búsqueda y recopilación de documentos y bibliografía empleados en el trabajo, ha sido realizada conjuntamente con el Licenciado Santiago M. Comerci.

El trabajo culmina con una cronología de las campañas australes de la cañonera, para apoyo y conocimiento de las tierras y mares del sur, hasta su definitivo pase a situación de desarme.

LA CORBETA “URUGUAY”: SU PARTICIPACION EN LA CONQUISTA DEL DESIERTO Y LAS TIERRAS AUSTRALES ARGENTINAS

1.- EL BUQUE

La cañonera o corbeta “Uruguay” fue y es buque decano de la Armada Argentina, transformada hoy en museo de sus propias glorias, mudo testimonio de una heroica vida marinera, habitualmente se la encuentra fondeada en Puerto Nuevo, en la ciudad de Buenos Aires, proa a popa con otra gloria de la Armada, la fragata “Presidente Sarmiento”.

Fue justamente el presidente don Domingo Faustino Sarmiento quien ordenó su compra en el año 1872.

Construida en el astillero Cammel de Birkenhead, Inglaterra, desplazaba 550 toneladas, tiene 46 metros de eslora (largo) y 7,63 metros de manga (ancho). Buque mixto, a vela y motor, desarrollaba una velocidad máxima de 11 nudos con este último sistema de propulsión. El combustible usado era carbón, que en cantidad de hasta 97 toneladas  llevaba en sus bodegas.

En el año 1874 fue botada y trasladada por personal británico hasta el puerto de Buenos Aires, donde se registra su ingreso el 3 de agosto de ese año. (1)

2.- EL COMIENZO DE SUS CAMPAÑAS AUSTRALES

Su primera misión, afirmado el pabellón nacional, es una campaña hacia la costa sur para estudiar los lugares adecuados para instalar balizas y faros de apoyo a la navegación costera. Es su comandante don Federico Spurr, quien fuera relevado con motivo de la intervención que le cupo en la revolución mitrista del mes de septiembre de 1874.

Por decreto del 29 de junio de 1877 se ordena la instalación a bordo de la Escuela Naval Militar, que había funcionado con anterioridad en el “General Brown” y que se encontraba clausurada a raíz del llamado “Motín de los Gabanes”. Designado director y Comandante el Teniente Coronel de Marina don Martin Guerrico, le habría de tocar una nueva misión a la Patagonia para proteger a los colonos galeses, recientemente instalados en el Chubut, y cuya seguridad se encontraba en serio riesgo, conforme noticias llegadas a Buenos Aires sobre la preparación de un malón de indios. Entre los cadetes embarcados a bordo de la “Uruguay” se encontraban don Hipólito Oliva (2) y Agustín del Castillo, quien habría de ser más adelante el descubridor de los yacimientos carboníferos de Rio Turbio (3). En la documentación de la época, aparece como comandante del buque Rafael Blanco, dualidad frecuente en aquel tiempo al decir del Capitán Arguindeguy (ob. Cit. Pg. 2154). La misión al Chubut termina el 31 de enero de 1878, con el arribo de la cañonera a Buenos Aires.

Por aquel tiempo los chilenos en su permanente pretensión de anexar la Patagonia a sus territorios, realizaban actos jurisdiccionales en Santa Cruz. Barros Arana, Ministro chileno en Buenos Aires había declarado: “que mientras la cuestión de limites esté pendiente entre Chile y la República Argentina, considerará que el territorio sometido a su dominio (el de Chile) se extiende hasta la margen austral del Rio Santa Cruz, y que no consentirá que otra nación ejerza acto alguno de soberanía sobre los territorios que se extienden al Sud de Santa Cruz” (Terbeck ob. Cit. Pg. 27). El Gobierno de la Nación no estaba dispuesto a tolerar la intromisión chilena, y arma entonces una division al mando del Comodoro don Luis Py destinada a repelerla. La “Uruguay” es destacada para integrar esta misión, junto al monitor “Los Andes”, buque insignia de la division, y la bombardera “Constitución”. Afortunadamente – pues el incidente habría provocado casi con seguridad la guerra entre los dos países – a la llegada de la escuadrilla a la ría de Santa Cruz, los chilenos se habían retirado. Hubo que lamentar la perdida de cuatro tripulantes que perecieron al darse vuelta un bote que los conducía a tierra. Allí don Luis Piedra Buena había levantado su pequeña avanzada en el desierto sureño, volvía a flamear el pabellón nacional. El 14 de enero de 1879, la “Uruguay” tomaba amarras en el puerto de Buenos Aires, y el día 20 egresó la primera promoción de la Escuela Naval Militar integrada por los Guardiamarines Juan Picasso, Agustín del Castillo, Emilio B. Barilari y Alberto Cánepa. (4)

3.- PARTICIPACION EN LA CAMPAÑA DEL DESIERTO

El plan del General Julio Argentino Roca para la Conquista del Desierto comprendía la actividad de cinco divisiones terrestres que avanzarían hacia la zona de operaciones, y una expedición naval cuyo objetivo era establecer la viabilidad de la navegación en los ríos Negro y Limay dejando establecida una línea de transporte fluvial hacia el triángulo neuquino” desde Carmen de Patagones para apoyo logístico de la zona de operaciones.

Para poder concretar la exploración, estudio y sondeo del sistema fluvial, era necesario llevar al área los elementos náuticos apropiados.

El Coronel de Marina Martin Guerrico, veterano en las exploraciones australes y su buque, la cañonera “Uruguay” fueron comisionados para cumplir con esta tarea de fundamental importancia en el desarrollo de las operaciones.

El Gobierno de la Nación había encomendado – por acuerdo de Ministros que lleva fecha 15 de diciembre de 1878 – la construcción de un “vapor explorador” de ruedas a la casa Fader y Peña de Buenos Aires. El mismo fue realizado en termino por los adjudicatarios y con fecha 10 de marzo de 1879 remolcado por la cañonera “Uruguay” salió hacia Carmen de Patagones, un fuerte temporal obligó a la cañonera a tomar puerto en Montevideo, donde reparó averías y desde allí sí, se dirigió hacia el sur, arribando el 5 de abril a Carmen de Patagones. Un mes después de su llegada a la zona de operaciones, el General Roca envió al comandante de la “Uruguay”, las siguientes instrucciones:

                        “Buenos Aires, mayo 5 de 1879.

Al Señor Comandante D. Martin Guerrico. En la expedición que Ud. va a dirigir al Rio Negro, observará las siguientes instrucciones: La cañonera URUGUAY debe suministrar de su tripulación y de los alumnos de la Escuela (se refiere a la Escuela Naval Militar que funcionaba a bordo de la cañonera) el personal necesario para dotar al vaporcito TRIUNFO, de los elementos que necesite para entrar al Rio Negro y subir por él hasta donde pueda alcanzar. La cañonera quedara fondeada a la entrada del puerto de Patagones, y Ud. con el TRIUNFO y demás embarcaciones que lleva, siga el curso del Rio practicando los reconocimientos y exploraciones que sea posible en concepto de encontrarse en Choele-Choel el 25 de mayo, día en que llegara a ese punto el ejército expedicionario.

Se agrega a la expedición que Ud. dirige D. Rafael Lobo que va destinado a efectuar los trabajos hidrográficos que deban realizarse y que se pone a las órdenes de Ud. recomendándole principalmente el levantamiento de una carta del Rio donde puedan alcanzar las embarcaciones con los sondajes correspondientes, así como la redacción de un informe sobre los parajes de la costa más apropiados para el establecimiento de puertos.

Es importante que el Ministerio conozca el día de su llegada a Patagones.

Inmediatamente de arribar a ese puerto despachará Ud. un expreso hasta la cabecera de la línea telegráfica, comunicando al Ministerio esa noticia.

Esta misma medida repetirá Ud. a su llegada a Choele-Choel, para lo cual el señor Gobernador de la Patagonia suministrara a Ud. los elementos de movilidad necesarios.

El Gobierno confía en que su competencia en estas materias será una garantía del buen éxito de las operaciones que se le encomiendan.

Dios guarde a Ud.

                                                                                                          Julio A. Roca”

Al tiempo de la llegada de la orden, Guerrico ya había realizado su internación aguas arriba en el “Triunfo”, delegando la comandancia de la “Uruguay” en su segundo, Jorge H. Barnes. Le acompañó en esta accidentada exploración (5) el Capitán Ramón Falcón. El “Triunfo” varó a 15 millas de Carmen de Patagones, por lo que Guerrico debió seguir aguas arriba en un bote y arribó luego de emplear toda su experiencia profesional y marinera en tratar de zafarlo, con resultado negativo. Luego de encontrarse con el General Roca en Choele-Choel en la fecha convenida, volvió al “Triunfo” – que continuaba varado – para sacarlo de tal situación, hecho este que parece haber ocurrido casi un mes después, dado que el General Roca embarcó en Fortín Conesa en el maltrecho vapor el día 29 de junio, arribando a Carmen de Patagones el día 30 de ese mes.

La cañonera “Uruguay”, en tanto, había realizado un viaje desde Patagones hasta la zona de San José, buscando fuentes de agua potable para las colonias galesas del Chubut.

Durante su estadía en Patagones y con fecha 1º de julio, se registra el egreso de la segunda promoción de la Escuela Naval Militar.

Del legajo de Hipólito Oliva extraemos una fecha diferente para la promoción. La anterior fue tomada de la obra de Arguindeguy (ob. Cit. 2156). El citado legajo dice: “El 1º de mayo (de 1979) a propuesta del Director, se le habilitó de Guardia Marina de la Armada…”

Debe destacarse en este mismo legajo, y por tratarse del apoyo prestado por la Armada, y específicamente por el personal de la cañonera “Uruguay”, la comisión de la que formó parte el Guardia Marina Oliva. En lo pertinente dice: “…el 8 del mismo mes (mayo de 1979) fue nombrado para integrar la comisión de ingenieros encargada de la exploración y levantamiento de los planos de los ríos Negro, Limay y Neuquén. En esta importante comisión dio pruebas de su competencia y habilidad y amor al trabajo y la valentía para arrostrar toda clase de peligros y de privaciones le hicieron acreedor al reconocimiento y estimación de todos sus superiores. Durante la exploración mencionada acaecieron las grandes inundaciones del Rio Negro poniendo en inminente peligro a la brigada del señor Coronel Don Lorenzo Winter cuyo campo próximo a Choele-Choel, se encontraba completamente cercado por las aguas que impedían la salida por todos lados. Habiendo tenido conocimiento de este incidente, el Subteniente Oliva, en compañía del de igual clase D. Leopoldo Funes, bajo en un bote desde el Neuquén en protección de dichas fuerzas, habiendo recorrido en tres días la distancia de setenta leguas próximamente. Mediante una actividad sin igual desplegada por ambos y sirviéndose solo del bote que conducían, lograron poner fuera de peligro a la referida Brigada que indudablemente hubiera perecido toda sin un auxilio tan eficaz pues ya el agua inundaba el campo subiendo a una altura de vara y media, teniendo la tropa que subirse a unas enramadas que había improvisado con tal motivo. Esta acción les merecían una recomendación especial ante el S. G. hecha por el señor Coronel Winter, jefe de dicha Brigada”. (6)

Fueron entonces los Guardia Marinas Oliva y Funes quienes permitieron al Coronel Winter salvar su Brigada, que ya había sufrido varias bajas en los intentos de zafar de la situación aislada en que lo habían cercado las aguas del Curu-Leuvu.

Luego de su prolongada campaña de apoyo a la expedición que conquisto el desierto, la cañonera “Uruguay” dejo su apostadero provisorio o transitorio, que lo había sido Carmen de Patagones , y con fecha 26 de octubre sale hacia el norte, arribando a Buenos Aires tres días después, el 29 de octubre de 1879.

Culminó así, nuestra gloriosa cañonera, una de las más importantes etapas de su vida marinera. Su camino se aferraba, como el paño de las velas en los temporales, a las gestas ponderables de la nacionalidad en la afirmación de su soberanía. (7)

Un último documento, que trasunta la trascendencia de la intervención de la cañonera “Uruguay” en la Conquista del Desierto, es la comunicación del Ministro de Guerra y Marina al Jefe de Estado Mayor General del Ejército que se transcribe:

“Ministerio de Guerra y Marina

Buenos Aires, enero de 1887

Al señor Jefe del Estado Mayor General del Ejército.

Comunico a V. S. para los efectos consiguientes, que por Decreto de esta fecha, se ha concedido al excomandante de la Cañonera “Uruguay”, Capitán de Navío don Martin Guerrico, la medalla acordada por Ley del Honorable Congreso de la Nación de fecha 27 de octubre de 1881 a los S. S. Jefes y Oficiales que tomaron parte en la Campaña del Rio  Negro.

Dios Guarde a V. S.

Hay una firma ilegible”

“Enero 17/87

Habiéndose expedido el diploma correspondiente, archívese.

Vedia” (8)

4.- CRONOLOGIA DE LOS HECHOS Y APORTES A LA CONQUISTA Y OCUPACION DE LOS TERRITORIOS AUSTRALES, TRAS LA CONQUISTA DEL DESIERTO

Luego del operativo militar que recuperó del indio los territorios del sur, siguieron la tarea evangelizadora, los trabajos científicos y el asentamiento de poblaciones. Y los adelantados de las nuevas tierras necesitaron del apoyo logístico que hiciera viable la labor civilizadora. La cronología que se desarrolla a continuación, cuanta de la presencia de la cañonera “Uruguay” en esa etapa de la conquista pacifica, pasando por el comienzo del nuevo siglo, cuando asoma a la gloria con motivo de la expedición de rescate del Doctor Otto Nordenskjöld y todos los náufragos del “Antartic” en la región oriental de la península antártica, culminando la etapa de su vida activa en la labor callada de apoyo a la ocupación y conocimiento de nuestras tierras australes, desde la Patagonia hasta el territorio antártico.

Año 1881: Bajo el comando de D. Rafael Blanco, realiza una campaña a las costas patagónicas, transportando víveres y materiales a Patagones, Roca, Puerto Deseado y Santa Cruz. A la labor hidrográfica une la búsqueda de lugares adecuados para asentar subprefecturas. Regresa en el mes de marzo totalizando 3000 millas navegadas.

Fue destacada por el Gobierno de la nación para integrar la expedición científica de Santiago Bove, que en principio tenía destino antártico. Pese a su no participación en la empresa, el hecho fue premonitorio del destino antártico que vivió desde principio del siglo siguiente.

Interviene en el salvataje de los náufragos de la barca “Esperance” y la ballenera “Batista”

Año 1882: En enero sale hacia las costas patagónicas para apoyar las últimas luchas contra el indio. En el interin, funda las subprefecturas de Roca y Deseado.

Sobre fin de ese año es destinada a apoyo de la expedición científica internacional para la observación del paso de Venus por el Sol en su órbita más cercana a la Tierra. Así toma contacto y colabora con el observatorio francés de Carmen de Patagones, recala en Golfo Nuevo y Puerto Deseado, donde hace carbón. En Santa Cruz se encuentra con el “Brooklyn” de la armada estadounidense en estación como parte de la expedición científica. En Misioneros toma contacto con el buque francés “Volage”. Arriba a Punta Arenas el 6 de diciembre, fecha del fenómeno y el 15 del mismo mes retorna a Buenos Aires, puerto al que arriba el día 21. (9)

Año 1887: El “Magallanes” nuevo transporte de la Armada destinado al servicio de la costa Sur, naufraga en la ría de Deseado. A su bordo viajaban los nuevos gobernadores de Patagonia y Tierra del Fuego. La nueva subprefectura tuvo que dar albergue y alimentación a los 10 pasajeros y tripulantes, no estando preparada para ello. El dramático episodio esta documentadamente relacionado por el Padre Juan Esteban Belza (10). La “Uruguay” fue destacada para el salvataje, arribando al lugar el 22 de julio. El comandante Blanco instruye el sumario correspondiente y abandona la carga ante la imposibilidad de su recupero. A bordo de la cañonera regresan a Buenos Aires los tripulantes del “Magallanes” y quienes no quisieron continuar hacia el sur en el “Mercurio”, vapor destacado por la Prefectura Marítima.

Año 1894: Una nueva misión austral, ahora para servir a la Comisión de Limites con Chile. Es su comandante el Teniente Carlos Beccar. Del legajo personal de este ilustre marino (11), rescatamos la derrota seguida por la cañonera. En su ida recaló en Santa Cruz, Santa Catalina y Bahía Posesión, tomando fondeadero en Punta Arenas. Desde allí hace varias salidas hacia el Atlántico, para ser finalmente sorprendida por un duro temporal que le produce serias averías en las proximidades de la ciudad chilena. Arriba a buenos Aires el 4 de mayo, para reparar averías. Ha recorrido en esta misión 5200 millas al servicio de la cuestión de límites.

Año 1896: Este año realiza una salida hacia la costa patagónica en apoyo a la Comisión de Limites con Chile. Pero debe señalarse como un hito en su historia austral, ya que es destacada por el Ministerio de Marina para conducir a la Antártida a la expedición polar que prepara el Instituto Geográfico Argentino. No conocemos la razón por la que no se concretó este viejo anhelo de la prestigiosa entidad científica, pero la Marina había adquirido en un país nórdico dos casas desarmables para instalar en territorio antártico. (12)

Año 1903: Este es su año de grandes transformaciones y de acceso a una bien ganada gloria (13). Carentes de noticias sobre el destino de la expedición del Doctor Nordenskjöld, el país la destina al salvamento de quienes estaban abandonados a su suerte en el duro medio antártico. El 22 de noviembre, desde Santa Cruz, por telégrafo, el país y el mundo reciben la noticia del feliz término de la misión, con todos los expedicionarios, menos un marinero del “Antartic” sanos y salvos. Su comandante fue el Teniente Julián Irizar.

Año 1904: Su destino se aferra al de las tierras y mares antárticos. Es destinada para transportar la primera dotación que tomo posesión del observatorio magnético – pomposo nombre para una construcción tipo choza de piedra, donde se guareció la expedición escocesa de W. Bruce – que el Gobierno de la Nación compró al científico escoces. Y luego se larga hacia el oeste de la península antártica, a la búsqueda de la expedición del doctor Charcot, alcanzando latitudes próximas al Círculo Polar y realizando una tarea hidrográfica destacable, ya que, despreciando la cartografía británica, utilizó la belga producida por De Gerlache, que se ajustaba más a la realidad geográfica, e introdujo en ella una serie de observaciones propias que las mejoraron. Fue su comandante en esta segunda expedición antártica el Teniente Ismael Galindez.

Año 1906: cumple una nueva expedición de relevo a las islas Orcadas del Sur – el año anterior lo había hecho el “Austral” (ex-Francais) adquirido por el Gobierno para el servicio de Orcadas – al mando del Teniente de Navío Ricardo Hermelo. Durante el curso del año había participado, bajo el mando del Teniente de Navío Joaquín Ramiro en una campaña hidrográfica a Bahía Laura.

Año 1908: Bajo el mando del Teniente de Navío Yalour, realiza el relevo de la dotación del observatorio de islas Orcadas del Sur. Y a su regreso es adscripta a la comisión hidrográfica que opera en Bahía Blanca.

Año 1909: Nuevamente pone proa a las latitudes más australes de la Patria, para relevar a la dotación de islas Orcadas del Sur. Cumplida la misión, se dirige a islas San Pedro (Georgias del Sur), donde realiza funciones de apoyo a la Compañía Argentina de Pesca y hace el levantamiento hidrográfico de bahía Moltke.

Año 1910: Bajo el mando del Teniente de Navío Cesar Maranga se dirige a la Antártida para relevar la dotación de Orcadas del Sur.

Durante el año y en dos campañas, hace el relevamiento hidrográfico de bahía San Blas.

Año 1911: Una vez más le toca visitar las latitudes más australes de la Patria, en la ya rutinaria tarea de relevar el observatorio antártico. Es su comandante el Teniente de Navío Guillermo Llosa.

Año 1912: Destinado al Servicio Hidrográfico y bajo el comando del teniente de Fragata José Gregores, es destinada al servicio de faros y balizas de la costa patagónica, así como al abastecimiento de las subprefecturas y poblaciones de la costa. El año anterior, por Orden General 20/911, había sido clasificado como “transporte”.

Año 1914: Según Arguindeguy (ob. Cit. TV pg. 2176) este año también realiza el relevo de la dotación de Orcadas del Sur. Es su comandante el Teniente de Fragata Alberto Sadous.

En el trabajo de investigación que realice en el año 1965 en los libros de navegación de la cañonera no encontré información sobre esta campaña.

Año 1915: La campaña antártica de este año bajo el comando del Teniente de Navío Ignacio Espíndola, adquiere especial importancia por la labor hidrográfica desarrollada en el área antártica. De los trabajos de relevamiento hidrográfico, surgió un cuarterón, que se incorporó a la carta Nº 31 del servicio de Hidrografía “Fondeaderos de la Gobernación de Tierra del Fuego” (14). En este mismo año realiza una campaña de aprovisionamiento e hidrográfica hasta Ushuaia.

Año 1916: Bajo las órdenes del Teniente de Fragata Sáenz y afectada al Servicio Hidrográfico, hace levantamientos en la costa patagónica y fueguina, a la vez que traslada pasajes y materiales a dicha zona. Luego de estas campañas el dicho servicio comienza la actualización de las cartas australes, y es cuando se publica la carta 31 mencionada en el apartado anterior.

Año 1918: Al mando del Teniente de Navío Eleazar Videla, releva a la dotación de Orcadas del Sur entre los meses de febrero y abril. A su regreso y junto al “Gaviota” hace el levantamiento hidrográfico de bahía anegada. Como siempre cumple la función de carga y pasaje y atención de la señalización costera en la Patagonia.

Año 1919: Cumple con el relevo de Orcadas del Sur y completa el relevamiento de bahía anegada. Su comandante es el Teniente de Navío Jorge Games.

Año 1920: Al mando del Teniente de Navío Naniel Capanegra Davel, realiza la ya rutinaria expedición antártica y completa trabajos hidrográficos en el litoral sur. Revista en la Armada como “buque hidrográfico”.

Año 1921: Realiza el relevo del personal y abastecimientos del observatorio de islas de Orcadas del Sur en los meses de enero y febrero. Luego continúa en las tareas de levantamiento hidrográfico del litoral patagónico y fueguino. Su comando lo ejerce hasta el mes de mayo el Teniente de Navío Domingo Casamayor. En ese mes pasa al mando del Teniente de Navío don Juan dela Pesa.

Año 1922: Una nueva reclasificación pone a la que fuera, cañonera, transporte, buque hidrográfico, en la categoría de “corbeta”, clasificación que ha prevalecido, llegando a nuestros días en tal estadio. Este año es el de su última expedición al antártico.

Los años 1923 y 1924 la encuentran después de cincuenta años de servicio ininterrumpidos, fatigando aun la derrota de las costas patagónicas, a cuya conquista y población había aportado íntegramente su vida marinera, desde el lejano tiempo de la Conquista del Desierto. Su aporte había sido el de la tarea civilizadora que siguió a la conquista militar, que tampoco le fue ajena. Salvamentos, trabajos hidrográficos, la ocupación del territorio antártico, fundación de subprefecturas y poblaciones, adelantada siempre de la soberanía nacional, aun en las más australes latitudes, es hoy, decano de los buques de la Armada, testimonio vivo de sus propias glorias.

Para el desarrollo de este capítulo se ha utilizado la obra del capitán Arguindeguy, citada; trabajos propios de investigación en los libros de navegación de la “Uruguay” que guarda el Archivo General de la Armada y los legajos personales de los distintos comandantes.

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CENTENARIO DE LA CORBETA URUGUAY

La cañonera Uruguay, en realidad nunca ha tenido aparejo de corbeta, ha sido siempre una barca con gavias dobles.

Fue construida en Inglaterra en los famosos astilleros de Laird Bros., de Birkenhead, donde años después sería construida la Sarmiento, y botada en febrero de 1874.

Sus características principales son las siguientes: eslora máxima 45 metros; manga 7,50 metros; calado 3,66 metros; puntal 5,40 metros.

El desplazamiento máximo ha sido de 550 toneladas.

El armamento original consistía en dos cañones Armstrong de avancanga de 152 milímetros y otros dos de 120 milímetros. Esta artillería fue modificada varias veces a lo largo de su extenso historial.

La máquina auxiliar era de vapor, de una hélice de metal de cañón, con 475 HP y su costo fue de 21000 libras esterlinas.

La Uruguay, junto con su gemela la Paraná, llegó al país el 1º de julio de 1874, formando parte de la famosa escuadra de “vapor y hierro” de Sarmiento, junto con los monitores Los Andes y El Plata y las cuatro bombarderas: Constitución, República, Bermejo y Pilcomayo.

El Teniente Coronel Erasmo Obligado fue el primer Comandante de la Uruguay, y el 11 de setiembre se recibió a bordo al Presidente Sarmiento, con las salvas de ordenanza; pero pronto la nave se tornaría enemiga del gran sanjuanino.

La actuación de la corbeta como buque-escuela comenzó en 1877, a los tres años de haber llegado al país. La Escuela Naval del Comodoro Urtubey, que funcionó en el vapor General Brown, fue reorganizada y trasladada a la Uruguay, nombrándose director de la Escuela y Comandante de la Nave, el Teniente Coronel Martín Guerrico.

En 1903, la Uruguay cumple la hazaña de más renombre. A mediados de ese año, todo el mundo sentía justa inquietud por el destino de la expedición al Polo Sur del sabio sueco Otto Nordenskjöld.

El Antartic, el buque que debía traerlo después de su invernada de un año en la Isla de Snow Hill, cercana a la Península de Graham, no había regresado. Se temía justamente que el buque hubiera sido aprisionado por los hielos y que se hubiera hundido. Nordenskjöld por su parte estaba acompañado por dos compatriotas suecos, dos noruegos y el alférez de fragata argentino José María Sobral.

A tal efecto, la nave sufrió las siguientes modificaciones:

 

  1. Se le cambió la máquina por la del ex-destroyer Santa Fe y la caldera de llama directa por otras dos de llama de retorno. Con esto aumentó su capacidad de carbón y agua.

  2. Se agregó un castillete a proa y caseta a popa para el timonel.

  3. Se reforzó la proa, con forro adicional de madera.

  4. Se suprimieron quillas de balance o rolido y el forro de cinc.

  5. Se aparejó a barca con gavias dobles. Es decir, el trinquete y el mayor llevaban sólo tres velas cuadras y a mesana una cangreja.

  6. Se aumentó la capacidad de víveres, se instaló calefacción de vapor y un pañol de explosivos a popa, para romper el hielo.

 

Con la esperanza de todos los argentinos, la nave zarpó hacia el sur el 8 de octubre de 1903.

La travesía hasta Snow Hill fue buena y rápida, casi sin contratiempos. El 8 de noviembre se producía el feliz encuentro con el Doctor Nordenskjöld y sus compañeros, entre los que estaba el alférez argentino Sobral.

Por una afortunada casualidad tres semanas antes habían llegado a Snow Hill tres expedicionarios que habían invernado un año cerca del Monte Bransfield (parte norte de Graham) y, al día siguiente de la llegada de la Uruguay, arribaron el Capitán Larsen y seis tripulantes del Antartic. Informaron que el buque sueco, veterano ya de varias campañas polares, se había hundido destrozado por los hielos, y que el resto de los tripulantes sobrevivía en una cabaña de piedra. Poco después la Uruguay ponía proa hacia la Isla Paulet, recogía los náufragos y emprendía el jubiloso regreso. Pero entonces el mar austral, asombrado ante tanta audacia, pareció reaccionar como indignado de que le hubieran rescatado sus víctimas. Un terrible temporal se abatió sobre la nave. Para imaginarlo dejaremos que nos hagan el relato, tres testigos de importancia que iban a bordo de la Uruguay: el segundo comandante Teniente de Fragata Ricardo Hermelo, los alféreces de fragata Felipe Fliess y José María Sobral, que lo describen así:

“Una vez que la Uruguay cargó los cajones de fósiles en la Bahía Esperanza, el 11 de noviembre, siendo las 5 p.m., se puso proa al norte, navegando por el Estrecho de Bransfield con rumbo tal que dejaríamos al oeste la Isla del Rey Jorge. El 12 por la mañana teníamos esta isla por el través de babor, pero a causa del mal tiempo fue apenas avistada, esfumada por la bruma.

Desde ese momento el mal tiempo fue nuestro compañero. El viento soplaba continuamente en borrasca rondando entre el Noroeste y Sudoeste. A la tarde nos pusimos a la capa. Al atardecer, permitiéndolo el viento, se largaron las cangrejas, estays y velachos.

El 13 y el 14 prosiguió el vendaval y en la madrugada del 15 el viento alcanzó una velocidad de 27 m por segundo, llegando los rolidos de la Uruguay a 40º. A la mañana temprano del mismo día se notó que el palo mayor se había roto a la altura de la encapilladura. A las 9 se advertía que el trinquete también se había roto, poco más o menos en la misma parte que el mayor y, como fuera imposible todo arreglo, se decidió picar las burdas y echar al agua los masteleros y vergas de gavia.

El Comandante y el Segundo invitaron a Larsen a prestar ayuda con su gente, trabajando en el palo mayor, mientras la tripulación de la Uruguay se encargaba del trinquete y de las maniobras del barco.

En el mesana no había nada que hacer, pues el palo quedó intacto.

El trinquete fue el primero que cayó al mar; se deslizó despacio, casi sin ruido; después le siguió el mayor hacia el lado contrario, hacia estribor.

Naturalmente, durante la maniobra, la máquina se mantuvo parada a fin de evitar que la hélice fuera dañada. A mediodía la Uruguay fue puesta a rumbo y en marcha, pues los restos de la arboladura ya estaban lejos y no había ningún peligro para la hélice.

Esto es todo lo que pasó. Nosotros agregamos: ¡Y creemos que es bastante!…”

Pasada la prueba de fuego, la Uruguay arribó a Santa Cruz, una población pequeña y humilde, pero para ellos acogedora como los brazos de la madre. Poco después la noticia dada por telégrafo, llenaba de júbilo a Suecia y Argentina y de entusiasmo por la hazaña, a todo el mundo.

La llegada a Buenos Aires fue apoteótica y el ya veterano velero entró con sus palos mayor y trinquete mochos, como una paloma herida, escoltado por más de treinta embarcaciones, llenas de público y el aullar de las sirenas de los buques del puerto. En el muelle, unas cien mil personas dieron una inolvidable bienvenida a la gallarda nave y sus tripulantes.

En meses posteriores los maparos de la Uruguaya se cubrieron de placas, en las que muchas instituciones testimoniaban su admiración por el feliz rescate.

Pero la corbeta quería nuevos laureles y al año siguiente, en 1904, al mando del Capitán de Fragata Ismael Galíndez, vuelve a la Antártida en busca de la expedición francesa del sabio Charcot.

Así, con esta pequeña y frágil nave, se afrontaban nuestros peligrosos mares australes, se navegaba el Drake, se navegaba en Cabo de Hornos, se reaprovisionaba Orcadas en 1904/1905; 1906/1907; 1908; 1909; 1910; 1915; 1918; 1919; 1920; 1921 y 1922. También se llegaba a la Isla San Pedro (Georgias del Sur) como en 1909, 1910, 1915, 1918 y 1919, aprovisionando la Sociedad Argentina de Pesca, estación ballenera, de carbón y víveres y aún levantando cartas y efectuando hidrografía.

Al mismo tiempo que realizaba estas duras y heroicas campañas antárticas, reafirmando una constante y única soberanía, la Uruguay cumplía sus tareas hidrográficas, en bravías e inhóspitas costas argentinas, como San Blas, Santa Cruz, Bahía Laura, etc.

En 1926, después de 52 años de activísimos servicios, fue radiada; pero si lo hecho no bastara, aún debía ser útil. Durante muchos años permaneció sin arboladura, convertida en polvorín flotante, en las aguas de Río Santiago. Los cadetes de la Escuela Naval, muy cercana, pasaban a su lado sin reconocer ese casco, aún fuerte, que dormía sus sueños marineros. Pero, en 1954, se reaccionó y por orden del Director de la Escuela Naval, la Uruguay fue reacondicionada y su arboladura reconstruida. Entonces volvió a lucir airosa y elegante. Se resolvió destinarla a buque-museo de la Escuela Naval y que su tripulación estuviera formada por una dotación de honor de los cadetes de mejores aptitudes marineras. ¡Hermoso final de una nave que es una historia flotante!

Por un decreto especial del 27 de octubre de 1955 figuró de nuevo “en actividad” en la Armada y el 6 de junio de 1967 por decreto Nº 3968 fue declarada Monumento Histórico Nacional, amarrando en Dársena Norte, a popa de la Sarmiento.

VIAJES A LA ANTÁRTIDA REALIZADOS POR LA CORBETA “URUGUAY”

 Año 1903

Comandante: Teniente de Navío D. Julián Irizar

Zarpa de Buenos Aires el 8 de octubre .

Puerto Cook el 16 de octubre.

Ushuaia el 20 de octubre.

Isla Seymour el 6 de noviembre.

Isla Paulet el 11 de noviembre.

Puerto Cook el 18 de noviembre.

Santa Cruz el 22 de noviembre.

Buenos Aires el 2 de diciembre.

Año 1904/1905

Comandante: Capitán de Fragata D. Ismael Galíndez

Zarpa de Buenos Aires el 10 de diciembre de 1904.

Ushuaia del 23 al 27 de diciembre de 1904.

Orcadas del Sur del 31 de diciembre de 1904 al 1º de enero de 1905.

Isla Decepción 8 y 9 de enero de 1905.

Estrecho de Bélgica (Isla Wiencke) 10 de enero de 1905.

Ushuaia 17 al 24 de enero de 1905.

Punta Arenas 28 al 30 de enero de 1905.

Buenos Aires 8 de febrero de 1905.

Año 1906/1907

Comandante: Teniente de Navío D. Ricardo Hermel.

Zarpa de Buenos Aires el 13 de diciembre de 1906.

Bahía Uruguay 23 de diciembre de 1906 (el 24 y 25 permanece en cercanías).

Bahía Scotia 26 de diciembre de 1906 al 2 de enero de 1907.

Ushuaia 11 de enero de 1907.

Buenos Aires 12 de febrero de 1907.

Año 1908

Comandante: Teniente de Navío D. Jorge Yalour

Zarpa de Buenos Aires el 15 de enero.

Punta Arenas del 26 al 28 de enero.

Ushuaia del 30 de enero al 1º de febrero.

Bahía Uruguay del 8 al 13 de febrero.

Puerto Cook del 24 de febrero al 4 de marzo.

Ushuaia del 5 al 11 de marzo.

Punta Arenas del 16 al 19 de marzo.

Buenos Aires 28 de marzo.

Año 1909

Comandante: Teniente de Navío Carlos Somoza

Zarpa de Buenos Aires el 14 de enero.

Ushuaia del 25 al 30 de enero.

Bahía Uruguay del 6 al 10 de febrero.

Isla San Pedro del 19 al 27 de febrero.

Buenos Aires 11 de marzo.

Año 1910

Comandante: Teniente de Navío César Maranga

Zarpa de Buenos Aires el 23 de enero.

Bahía Uruguay del 4 al 8 de febrero.

Isla San Pedro del 11 al 16 de febrero.

Buenos Aires 24 de febrero.

Año 1915

Comandante. Teniente de Navío Ignacio Espíndola

Zarpa de Buenos Aires el 29 de enero.

Ushuaia del 11 al 14 de febrero.

Bahía Uruguay del 21 al 22 de febrero.

Bahía Scotia del 22 al 25 de febrero.

Isla San Pedro del 28 de febrero al 2 de marzo.

Buenos Aires 10 de marzo.

Año 1918

Comandante: Teniente de Navío Eleazar Videla

Zarpa de Buenos Aires el 17 de febrero.

Bahía Uruguay del 4 al 6 de marzo.

Isla San Pedro del 11 al 16 de marzo.

Buenos Aires 30 de marzo.

Año 1919

Comandante: Teniente de Navío Jorge Games

Zarpa de Buenos Aires el 14 de febrero.

Islas Orcadas del 28 de febrero al 2 de marzo.

Isla San Pedro del 6 al 11 de marzo.

Buenos Aires 23 de marzo.

Año 1920

Comandante: Teniente de Navío Daniel Capanegra Davel

Zarpa de Buenos Aires el 21 de febrero.

Bahía Uruguay del 6 al 7 marzo.

Buenos Aires 18 de marzo.

Año 1921

Comandante: Teniente de Navío Domingo Casamayor

Zarpa de Buenos Aires el 16 de febrero.

Bahía Uruguay del 28 de febrero al 1º de marzo.

Buenos Aires 11 de marzo.

Año 1922

Comandante: Teniente de Navío Francisco Lajous

Zarpa de Buenos Aires el 26 de febrero.

Bahía Uruguay del 11 al 15 de marzo.

Buenos Aires 27 de marzo.

José R. Bamio

Subof. Mayor Of. Nav. (RE)

Divis. Investig. Hist.- D.E.H.N.

RELACIÓN DE LOS SS. COMANDANTES  DE LA  CORBETA “URUGUAY”

Teniente Coronel D. Erasmo Obligado (agosto/octubre 1874).

Coronel D. Bartolomé Cordero (noviembre 1874/marzo 1875).

Capitán D. Rafael Blanco (abril 1875 hasta 1877).

Teniente Coronel D. Martín Guerrico (1878/1879).

Coronel D. Martín Guerrico (enero/marzo 1880).

Capitán D. Pedro Latorre (abril/mayo 1880).

Teniente Coronel D. Rafael Blanco (junio 1880/octubre 1886).

Capitán de Navío D. Rafael Blanco (noviembre 1886/junio 1888).

Capitán de Fragata D. Martín Rivadavia (julio/noviembre 1888).

Teniente de Fragata D. Daniel Rojas Torres (diciembre 1888/febrero 1889)*.

*Segundo Comandante, a cargo del comandante.

Teniente de Navío D. Cándido Eyroa (marzo 1889/1891).

Capitán de Fragata D. Emilio V. Barilari (1892/febrero 1893).

Teniente de Navío D. Esteban Fernández (marzo/abril 1893)*.

*Segundo Comandante, a cargo del comandante.

Capitán de Fragata D. Carlos Beccar (mayo1893/febrero 1895).

Teniente de Navío D. Darío Saráchaga (marzo 1895/mayo1896).

Teniente de Navío D. Tomás D. Peña (junio 1896/abril 1898).

Teniente de Navío D. Adolfo Argerich (mayo 1898/mayo 1899).

Capitán de Fragata D. Eugenio Leroux (junio 1899/diciembre 1899).

Teniente de Fragata D. Ricardo Hermelo (1900/1901).

Capitán de Fragata D. Guillermo Mac Carthy (1902).

Teniente de Navío D. Julián Irízar (1903/setiembre 1904).

Capitán de Fragata D. Ismael Galíndez (setiembre 1904/febrero 1905).

Teniente de Navío D. Enrique Fliess (marzo 1905/1906).

Teniente de Navío D. Joaquín Ramiro (1906 hasta setiembre).

Teniente de Navío D. Ricardo Hermelo (octubre 1906/junio 1907).

Teniente de Fragata D. Carlos M. Valladares (junio 1907/diciembre 1907).

Teniente de Navío D. Jorge Yalour (1908 hasta noviembre).

Teniente de Navío D.Carlos Somoza (noviembre 1908/junioi 1909).

Alférez de Navío D. Mario Storni (junio 1909/diciembre 19069). Comandante accidental.

Teniente de Navío D. César Maranga (diciembre 1909/abril 1910).

Teniente de Fragata D. Víctor Rolandone (abril/diciembre 1910). Comandante accidental.

Teniente de Navío D. Guillermo Llosa (diciembre 1910/junio 1911).

Teniente de Fragata D. Jorge Reynafé (junio/noviembre 1911). Comandante accidental.

Teniente de Fragata D. Juan Cánepa (diciembre 1911).

Teniente de Fragata D. José Gregores (1912).

En el año 1913 permanece en situación de desarme.

Teniente de Fragata D. Alberto Sadous (1914).

Teniente de Navío D. Ignacio Espíndola (1915).

Teniente de Navío D. Dalmiro Sáenz (diciembre 1915/noviembre 1916).

Teniente de Navío D. Alberto Palisa Mugica (diciembre 1916/octubre 1917).

Teniente de Navío D. Eleazar Videla (octubre 1917/1918).

Teniente de Navío D. Jorge Games (1919).

Teniente de Navío D. Daniel Capanegra Davel (1920).

Teniente de Navío D. Domingo Casamayor (diciembre 1920/mayo 1921).

Teniente de Navío D. Julián de la Pesa (mayo/diciembre 1921).

Teniente de Navío D. Francisco Lajous (1922).

Teniente de Navío D. Francisco Clarizza (1923/junio 1924).

Teniente de Navío D. Torcuato Monti (junio 1924).

Teniente de Navío D. Pedro Quihillalt (diciembre 1924).